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La sanguinaria guardia nazi que disfrutaba descuartizando a los presos con un hacha

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Por Alejandro López octubre 2, 2016


Binz caminando

El fascismo conquistó la mitad de Europa hace tres cuartos de siglo y en la memoria histórica, el recuerdo se conserva íntegro con un dejo de dolor. Se trata de un tema que en algunos sitios aún es un tabú, especialmente en los países donde el régimen sembró los fantasmas de la intolerancia y muerte. ¿Por qué el ascenso del Nacionalsocialismo sigue doliendo en la sociedad europea hasta nuestros días? La historia de Dorothea Thedorora Binz es una de las tantas que explican por qué la herida se mantiene abierta a casi un siglo de distancia.

Dorothea Theodora Binz nació un año después de los tratados de Versalles que castigaron con dureza a Alemania y crearon en el seno de su sociedad un marcado nacionalismo que habría de emerger con fuerza con un mensaje de supremacía racial y exterminio por Europa. Binz abandonó los estudios a los 15 años y encontró trabajo de lavaplatos mientras el ascenso del Partido Nacionalsocialista seducía a todos quienes crecieron sin conocer los principios de una democracia.



Binz se alistó en las reservas de la SS a los 19 años, tan sólo una semana antes del inicio de la Segunda Guerra Mundial. Como muchas otras mujeres que sirvieron al Tercer Reich, la firme convicción de servir al régimen la transformó en una máquina de crueldad después de ser enviada al campo de concentración de Ravensbruck, famoso por ser el primer peldaño de formación para los agentes de la SS.

En menos de un año, Binz pasó de lavar platos a aprender las formas de tortura más utilizadas en los campos de concentración nazi. Más de 130 mil judios, comunistas y todos los perseguidos por el régimen abarrotaron Ravensbruck y para finales de la Segunda Guerra Mundial, la mitad había muerto entre tortura, trabajos forzados o inanición. Binz escaló posiciones en el organigrama nazi después de encargarse de vigilar el trabajo de las mujeres prisioneras con férrea decisión.
dorothea binz amigos
Dorothea Binz amigos


En una ocasión, una mujer joven cayó desmayada después de una extenuante jornada de trabajo. Binz se acercó y trato de levantarla sin éxito. En ese instante, la Alemana llena de furia pateó el cráneo de la mujer hasta desfigurar su rostro. Acto seguido, tomó una hacha y comenzó a cercenar el cuerpo de la víctima ante el error de las demás prisioneras. El acto le valió el reconocimiento de sus superiores y comprendieron que el sitio idóneo para Binz era el búnker de castigo.

Posicionada como adjunta de la supervisora jefe y con apenas un cuarto de siglo de vida, gozó de total libertad para improvisar en los mecanismos de tortura según la situación. Muchas de las historias que en la actualidad recorren Europa con vergüenza, indignación y rabia se forjaron en la mente de Binz antes de convertirse en una cruel realidad. Los pastores alemanes hambrientos y entrenados para destazar carne humana, la muerte por hipotermia después de golpear desnudos a los prisioneros y empaparlos para dejarlos morir en el frío invierno o el desmembramiento con hacha fueron algunas de las innovaciones de la mujer que se convirtió en la cara del terror de Ravensbruck.
dorothea binz ss
Dorothea Binz SS


Binz encarnó la actitud general del Tercer Reich y fue responsable directa de más de 100 mil muertes de mujeres y niños. La práctica del hacha se hizo común. La misma Dorothea expresaba su gustó por el sufrimiento humano calificándolo como un “placer malévolo”. Los últimos días de Binz llegaron juntó con la victoria aliada. Berlin cayó en 1945 y muchos funcionarios nazis comenzaron un éxodo quemando todos los documentos y pruebas del Holocausto. 

Mientras la célula de Binz huía a Hamburgo, fueron identificados por la coalición aliada y la reina del terror en Ravensbruck fue juzgada por crímenes de guerra, sentenciada a la horca en 1947. De la misma forma que Dorothea, otra mujer sembró el terror a través de la Alemania nazi en 1939. Descubre la historia de la aterradora mujer que coleccionaba pieles tatuadas. 

Herta Bothe nace en Alemania en 1921 y fue conocida como “La sádica de Stutthof” trabajo en varios campos de concentración al lado de Ilse Koch e Irma Gresse, sin embargo, fue en el campo de Stuttof donde más tiempo permaneció, dando a conocer sus rasgos sádicos y amenazantes. Herta Bothe fue una de las 130 mujeres que sirvieron en el complejo de los campos de Stutthof. Treinta y cuatro de aquellas guardias femeninas incluyéndola, fueron acusadas de crímenes contra la humanidad al final de la guerra. Si alguna vez se habló de horror fuera de Alemania este fue en Stutthof.
Herta se destacaba por aplicar muchas de las lecciones aprendidas de Koch y Gresse, entre las más destacables se encuentran golpear fuertemente con troncos de madera en la cabeza a las prisioneras hasta dejarlas inconscientes y llevarlas a la muerte, disparar a mansalva a la cara a quien se atreviera a caminar despacio o quien lograra comer de los restos del comando. Otra de las principales “funciones” de “la sádica de Stutthof” era encargarse de quien iría a las cámaras de gas, debido a que este campo solo se encargó de exterminar a los judíos su “trabajo” era diario y a toda hora.
En enero de 1945 Herta se encargó de comandar el traslado de las prisioneras al campo de concentración de Bergen Belsen en el trascurso aquellos que caían al piso debido al cansancio eran asesinados por Herta. Posteriormente a la llegada de los británicos al campo, Herta que no fue condenada a muerte ni a cadena perpetua alego en una entrevista realizada en los años 90:
“Los soldados Británicos nos obligaron a cargar los cadáveres y llevarlos hasta una fosa común, no nos permitían colocarnos guantes para cargar los cuerpos y tenía miedo de contraer tifus, algunos cadáveres estaban tan descompuestos que el tronco se desprendía de sus extremidades… los soldados no nos permitían descansar… realmente sentía miedo”
Durante los juicios de Bergen Belsen Herta fue condenada a solo 10 años de prisión, condena que no pago en su totalidad debido a “su buen comportamiento y la amabilidad de los británicos” fue liberada en 1951 . Después de la guerra se casó y cambió su nombre por el de Herta Lange.
Gerda Steinhoff nace en 1922 en Polonia, es muy poco lo que se sabe de ella antes de ser parte de las SS, no hay información relevante sobre sus padres, estudios o familia. En octubre de 1944 se convierte en una de las guardianas del campo de concentración de Stutthof , donde una de sus principales labores era la supervisión y selección de las prisioneras para las cámaras de gas; realizo “tan bien” su trabajo que fue ascendida al campo de elite de Danzig-Holm, la devoción para realizar de forma perfecta su trabajo la llevo a suministrar vejaciones, asesinatos a sangre fría, vejaciones, palizas, flagelaciones y sacrificios a las internas del campo.
El campo fue liberado en mayo de 1945, al momento de la llegada de los aliados no había ningún rastro de Gerda, esto debido a que días antes había decidió huir del campo y regresar a su hogar a “vivir una vida tranquila”, sin embargo, en mayo fue arrestada por funcionarios polacos y llevada directamente a la prisión de Danzig. Permaneció allí hasta que comenzaron los juicios de StutthofTrial.
Paradójicamente durante estos juicios Gerda no paraba de hacer bromas y comportarse de forma insolente, sin embargo, la alegría se le termino en mayo de 1946 cuando fue condenada a morir en la horca por abusar sádicamente de “las prisioneras” y por su activa participación en las selecciones de las cámaras de gas. Fue llevada a la horca en 4 de julio de 1945, apenas tenía 24 años.
Herta Ehlert nace en Marzo de 1905, es muy poca la información que se tiene de los primero años de Herta, lo más que se sabe es que antes de ser parte de las SS fue vendedora. Se enlisto en las SS en 1942 y luego de su entrenamiento fue transferida al campo de exterminio de Majdanek, según sus propias declaraciones “sus supervisores no estaban contentos con ella pues era condescendiente y amable con sus prisioneras, sin embargo, testimonios recogidos de las sobrevivientes afirman que entre sus torturas preferidas se encontraban la de golpear fuertemente a las reclusas y tirarle de los cabellos hasta arrancárselos a piel viva.
En enero de 1945 Herta fue trasladada al campo de Bergen-belsen donde fue subordinada de Irma Gresse encargándose del área del “comedor” y controlar la alimentación de los reclusos, sin embargo, los sobrevivientes alegan que siempre se encontraba en las puertas del comando golpeado las prisioneros hasta dejarlos inconscientes por cosas como tener las botas mal amarradas.
En abril de 1945 los aliados llegan al campo y arrestan a Herta colocándola a disposición judicial. Durante los juicios de Belsen la SS alego que estaba sorprendida al ver las malas condiciones del campo e incluso hablo con sus superiores al respecto, sin embargo, los testimonios recogidos durante el proceso alegaban que Herta constantemente perpetraba vejaciones y flagelaciones con todos los prisioneros del campo. Al finalizar el juicio fue condenada a 15 años de prisión por colaborar con los maltratos y vejaciones que eran suministrados en los campos de concentración, sin embargo, no llego a cumplir la totalidad de la pena y fue puesta en libertad en 1951. Al salir decide cambiar su nombre a Herta Neumann Vivió sin la intromisión de ningún cazanazis hasta su muerte en abril de 1997. Acababa de cumplir 92 años.
Dorothea Binz Nacio en marzo de 1920 y paradójicamente Dorothea baso toda su carrera de las SS siendo guardia en el campo de concentración de Ravensbrück, sin embargo, lo más peculiar de todo fue que no causo controversia ni tampoco salió a relucir en la palestra de las guardianas malvadas pero lo que poco se sabe es que fue de las más despiadadas y salvajes comparándose con Irma Gresse, María Mandel e Ilse koch.
“La Binz” como se le conocía poseía una belleza innegable ojos azules, cabello rubio, piel tersa y sonrisa angelical, Binz tenía profunda conciencia a la hora de desarrollar sus atrocidades, al punto que rara vez alguna de las desdichadas terminaba sobreviviendo
Durante el juicio le preguntan con respecto al maltrato de los prisioneros, la Binz responde: “Creo que prefieren eso a ser privadas de su comida, o algo más.”
Durante los juicios los sobrevivientes declararon que “La Binz” parecía disfrutar de la forma sanguinaria con la cual golpeaba las seleccionadas para “su castigo diario” e incluso en oportunidades se le vio descuartizando con sus propias manos y la ayuda de un hacha a quien previamente había maltratado.
"En una ocasión, la guardiana vio que había una presa que, extenuada, se cayó al suelo. En ese momento, Binz se acercó, la abofeteó y cogió un hacha con la que rajó y descuartizó su cuerpo. Después se levantó y, al darse cuenta de que se había manchado sus botas negras de sangre, cortó un trozo del vestido de la fallecida para limpiarlas. Cuando terminó, se subió su bicicleta y, como si nada hubiera pasado, volvió al campo de concentración"
Binz se da a la fuga durante “las marchas de la muerte” en abril de 1945, dejando en el camino su uniforme de guardia Nazi, sin embargo, fue capturada el 30 de abril de 1945 y llevada a la prisión de Hamelin, fue condenada a morir en la horca en mayo de 1947, justamente en la misma tarima donde fueron colgadas Juana Bormann e Irma Gresse
Bueno amigos es todo por esta entrega especial de las malvadas nazi. Fue un gusto acompañarlos en este camino… espero hayan disfrutado de esta lectura nos vemos en una próxima cita.
FUENTES
La sanguinaria guardia nazi que disfrutaba descuartizando a los presos con un hacha
Dorothea Binz 
Hertha Bothe
Relatos del horror La brutalidad de las guardianas nazis en los campos de concentración
Gerda Steinhoff 
Segunda Guerra Mundial: Mujeres criminales alemana
Herta Ehlert


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