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TEMAS SOBRE LA SALUD O LA ENFERMEDAD , RENE DUBOS Y LA CONSERVACIÓN DEL PLANETA

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Cuidado de la Tierra
A lo largo de la historia, la humanidad ha ido ampliado su sentido de pertenencia, desde el formar pequeñas comunidades cerradas hasta llegar a nuestro mundo globalizado, en el que somos conscientes de que formamos una sola familia humana.
El desafío consiste en profundizar este sentido de comunidad universal, extendiéndolo no solo a toda la humanidad, sino también a todos los seres vivos e inertes. Los desastres ecológicos nos muestran que es hora de considerar al medio ambiente como parte de la comunidad universal a la que pertenecemos, antes de que sea demasiado tarde.
“La pregunta clave es: ¿Qué tan grande es nuestra familia? ¿Cuán amplio es el alcance de nuestra pertenencia? ¿Podemos extender nuestra atención y preocupación hasta abrazar a todos los miembros de la familia de la Tierra, humanos, animales y plantas, a quienes todavía consideramos extraños? La supervivencia de todos nosotros bien puede depender de nuestra respuesta” (David Steindl-Rast).
Cada uno de nosotros, desde su lugar, puede practicar este “cuidado de la Tierra” con pequeños gestos, y motivar a otros a hacer lo mismo. Así ayudaremos a crear conciencia, la conciencia de que somos hijos y parte de la Tierra, y que cuidar de ella es salvaguardar nuestra propia vida.

Por qué necesitamos la Amazonia



La selva amazónica cumple un rol de suma importancia en la preservación de la vida en nuestro planeta, por lo que los incendios que hoy la están destruyendo es un asunto que nos incumbe a todos.



En Brasil hubo un aumento de incendios forestales en un 83% respecto al año pasado. Los incendios son consecuencia del avance de la deforestación y no de una temporada seca.

La Amazonia es considerada el pulmón del mundo porque absorbe millones de toneladas del dióxido de carbono presente en la atmósfera. Al reducir la cantidad mundial de este gas de efecto invernadero que calienta el planeta, contribuye a frenar el cambio climático. Pero su labor no termina ahí.

La importancia de la selva amazónica radica en garantizar la estabilidad del clima mundial.
La selva amazónica también desempeña un importante papel en la regulación del clima mundial, en la producción de agua dulce y en la conservación de especies de plantas que aún no han sido descubiertas por la ciencia y podrían tener beneficios en la medicina. Su desaparición no sólo amenaza, pues, a las miles de especies de plantas y animales y a los cientos de comunidades indígenas que habitan allí, sino que también tiene consecuencias a nivel mundial.

La Amazonia es un gran sumidero de carbono. Su suelo y vegetación contienen aproximadamente una cuarta parte de todo el carbono del mundo que se almacena en la tierra. Pero, a medida que el bosque disminuye, también lo hace su capacidad de servir como depósito de carbono masivo para el mundo.

Los árboles de la selva amazónica capturan millones de toneladas de dióxido de carbono para realizar la fotosíntesis. Este proceso posibilita el crecimiento y regeneración de los árboles y, además, reduce la cantidad del CO2 en la atmósfera y libera oxígeno.

Con menor extensión de selva, la cantidad de CO2 que ahora absorbe la Amazonia se verá reducida, como ya ha ocurrido. Hace tres décadas la selva capturaba el doble de toneladas que ahora (1.000 millones). Como resultado, el CO2 se liberará de nuevo hacia la atmósfera, lo que podría acrecentar el calentamiento global.

La importancia de la selva amazónica también radica en garantizar la estabilidad del clima mundial. Sus bosques tropicales y regiones boscosas (por ejemplo, las sabanas) regulan las lluvias y mantienen el ciclo del agua. Los árboles de la Amazonia intercambian grandes cantidades de agua y energía con la atmósfera. El agua liberada por las plantas asciende hacia la atmósfera mediante la evaporación y transpiración de las plantas y, posteriormente, fluye por el aire a diversas partes de América.

Este fenómeno, junto con la gran cantidad de agua que la cuenca del río Amazonas aporta al océano, influye en el clima mundial y en la circulación de las corrientes oceánicas. “Amazonia es nuestra, no suya”, respondía el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, al ser preguntado por los registros de deforestación de Amazonia el mes pasado.

En este sentido, los activistas insisten en que si la destrucción de la selva representa una amenaza para todo el planeta, la propiedad es de todos.

Fuente: La Vanguardia




«Estoy profundamente preocupado por los incendios en la Amazonia. En medio de la crisis climática mundial, no podemos permitirnos más daño a una gran fuente de oxígeno y biodiversidad. La Amazonia debe ser protegida».
Antonio Guterres, Secretario General de la ONU.



René Dubos

René Dubos (1901-1982) fue microbiólogo y pensador. Entre los años 40 a 70 del siglo pasado realizó una serie de experimentos relevantes para demostrar que la flora intestinal (microbiota) es indispensable para el correcto desarrollo de los seres vivos, la salud y la prevención de las infecciones. Cuando se estableció la teoría microbiana de la enfermedad en el siglo XIX , el concepto de una causa específica para las enfermedades fue cobrando, según este autor, demasiada prioridad en los programas de investigación médica, dejando de lado el entorno total y visión ecológica, cuya comprensión ha demostrado ser fundamental para conocer la aparición de enfermedades, no solo infecciosas. Aun así, las ideas propuestas parecen haber quedado en el olvido hasta que las nuevas técnicas de secuenciación metagenómica han abierto de nuevo el interés por esa visión ecológica, de co-evolución y de interrelación entre huésped y los múltiples hospedadores. Si en la Medicina Evolucionista uno de los campos de estudio es la capacidad de adaptación, R. Dubos puede considerarse uno de los pensadores tempranos (no reconocidos) en este campo. Sin menospreciar los conocimientos nuevos a través de nuevas herramientas, actualmente se están evocando ideas que ya existían, pero quedaban en segundo plano durante mucho tiempo, cuando aún predomina una investigación con visión reduccionista. Si somos conscientes del papel de las ideas recurrentes a lo largo de los tiempos, abordaremos con más apertura la interpretación de los avances científicos.

Environnement: Rene Dubos decoration in Paris, France on December 09, 1980. : Fotografía de noticias




por J Frenk - ‎2016 - ‎Mencionado por 15 - ‎Artículos relacionados
23 nov. 2015 - De acuerdo con René Dubos, el famoso microbiólogo y humanista, los mitos de Asclepio e Higia representan la “interminable oscilación” ...




Una sola tierra: el cuidado y conservación de un pequeño planeta

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano se celebró en Estocolmo, en junio de 1972, bajo la presidencia del ministro de Agricultura sueco, Ingemund Bengtsson, y con la participación de 1.200 delegados que representaban a 110 países. La secretaría general de la Conferencia estuvo a cargo del antiguo director general de la Agencia Canadiense para el desarrollo Internacional, Maurice Strong, uno de los principales promotores del encuentro. Los debates de la Conferencia de Estocolmo fueron precedidos por la publicación de un informe oficioso elaborado por más de un centenar de científicos de todo el mundo, y de cuya redacción final se responsabilizaron René Dubos y Barbara Ward. Denominado Una sola Tierra: El cuidado y conservación de un pequeño planeta, se publicó en diez lenguas y fue puesto a disposición de todos los delegados, por iniciativa de la secretaría general de la Conferencia.

Las deliberaciones de la Conferencia se desarrollaron en tres comités:

1) sobre las necesidades sociales y culturales de planificar la protección ambiental;

2) sobre los recursos naturales;

3) sobre los medios a emplear internacionalmente para luchar contra la contaminación. La Conferencia aprobó una declaración final de 26 principios y 103 recomendaciones, con una proclamación inicial de lo que podría llamarse una visión ecológica del mundo, sintetizada en siete grandes principios.

Aceptación en la conferencia de una visión ecológica del mundo...

El mayor logro de la Conferencia fue que todos los participantes aceptaran una visión ecológica del mundo, en la que se reconocía, entre otras cosas, que "... el hombre es a la vez obra y artífice del medio que lo rodea..., con una acción sobre el mismo que se ha acrecentado gracias a la rápida aceleración de la ciencia y de la tecnología..., hasta el punto que los dos aspectos del medio humano, el natural y el artificial, son esenciales para su bienestar". Fijándose de manera más concreta en las consecuencias sobre amplias zonas del mundo de las actividades de los países industrializados, se constata que "...vemos multiplicarse las pruebas del daño causado por el hombre en muchas regiones de la Tierra: niveles peligrosos de contaminación del agua, el aire, la tierra y los seres vivos; grandes trastornos del equilibrio ecológico de la biosfera; destrucción y agotamiento de recursos insustituibles y graves deficiencias, nocivas para la salud física, mental y social del hombre, en el medio por él creado, especialmente en aquel en que vive y trabaja". A pesar de los criterios opuestos en materia de control de la población, todos los participantes a la Conferencia suscribieron que "...el crecimiento natural de la población plantea continuadamente problemas relativos a la preservación del medio, y se deben adoptar normas y medidas apropiadas, según proceda, para hacer frente a esos problemas". El reconocimiento del carácter mundial de la problemática ecológica supuso que, además de las acciones a nivel individual y nacional, se insistiera asimismo en la necesidad "...de una amplia colaboración entre las naciones y la adopción de medidas por las organizaciones internacionales, en interés de todos".

Recomendaciones ecológicas acordadas en la conferencia...

Entre las recomendaciones acordadas, de carácter estrictamente ecológico, cabe destacar las siguientes: preservación de muestras representativas de los ecosistemas naturales en los denominados "bancos genéticos"; protección de especies en peligro, especialmente los grandes cetáceos oceánicos; mantenimiento y mejora de la capacidad de la Tierra para producir recursos vitales renovables; planificación de los asentamientos humanos, aplicando principios urbanísticos que respeten el entorno; evitar la contaminación a todos los niveles, estableciendo las listas de los contaminantes más peligrosos, así como la de aquellos cuya influencia puede ser más irreversible a largo plazo; creación de un Programa mundial sobre el Medio Ambiente, patrocinado por las Naciones Unidas y destinado a asegurar, al nivel internacional, la protección del entorno.

Constatación de las diferencias de criterios en la declaración final...

En otros capítulos, las recomendaciones de la Conferencia tradujeron fielmente la disparidad de criterios existente entre los delegados. Así, por ejemplo, la Declaración final incluyó gran número de reivindicaciones de los países económicamente subdesarrollados acerca de la segregación racial, la opresión colonial, la necesaria estabilidad de los precios de las materias primas, el derecho soberano a la explotación de los recursos naturales, la importancia del desarrollo acelerado y las necesarias transferencias financieras y de tecnología para solucionar los problemas ambientales nacidos del propio subdesarrollo.

Las diferencias en el seno de la Conferencia, enfocaron el interés hacia las reuniones alternativas que se celebraron en el mismo entorno...

Las inevitables contradicciones existentes en el seno de la Conferencia de Estocolmo enfocaron y dieron mayor interés a las distintas reuniones ecologistas que se celebraron en Suecia aprovechando la convocatoria de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano y que intentaron ofrecer auténticas alternativas al callejón sin salida en donde se debatían los representantes del ecologismo oficial. Durante los mismos días de la Conferencia, y en la propia ciudad de Estocolmo, el biólogo estadounidense Barry Commoner convocó un foro sobre el entorno, durante el cual se expusieron sugestivas alternativas a la sociedad industrial, preconizando una civilización ecológica respetuosa de los ritmos de la naturaleza y utilizando tecnologías suaves. Otra conferencia alternativa fue la de la Asociación Dai-Dong, celebrada a pocos kilómetros de Estocolmo, y en la que se buscó la definición filosófica del ecologismo, así como su traducción concreta en géneros de vida.

La "Declaración de Estocolmo" permanece como referencia obligada en el estudio de la problemática de la ecología humana...

A pesar de todas sus limitaciones, la Declaración de Estocolmo, como fue conocido periodísticamente el texto elaborado por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano, constituye un importante documento de referencia obligada por todos aquellos que se interesan acerca de la problemática de la ecología humana. Partiendo de un criterio puramente ecológico, es posible que los textos preparatorios tuvieran mayor rigor científico y que la Declaración final incluyera cierto número de contrasentidos, al preconizar simultáneamente medidas de reducción de la contaminación ambiental y el desarrollo acelerado del proceso industrial en los países del Tercer Mundo, a pesar de ser la civilización industrial, precisamente, el gran causante de la contaminación y del agotamiento de los recursos naturales. La constatación de estos contrasentidos no invalida, sin embargo, la tesis defendida por los representantes de los países económicamente más pobres, de que la peor de las contaminaciones es la pobreza y que la protección ambiental exige hacer partícipes a todos los miembros de la familia humana del que se empezaba a denominar "principio de la calidad de vida".



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