Pornostagram
Hashtag on fire
Smartphone mata a la industria del porno. Ese podría ser el titular de un periódico de sucesos 2.0, en donde la venganza del joven exhibicionista medio acaba cobrándose por víctimas sin victimarios concretos a una industria que, en los últimos años, ha vivido un cambio de paradigma: las estrellas no son los astronómicos miembros viriles de losNacho Vidal o Rocco Sifredi de turno, ni las escenas de sexo anal extremo de Sasha Grey, ni la voluptuosidad de la Jenna Jameson; ahora la estrella eres tú. Con nuestras imperfecciones y conflictos estéticos, con nuestros cambios de ritmo sexual y la baja calidad videográfica, con la mala intención del que se venga o la pareja que está encantada de concoerse y follarse, Pornostagram es esa red social que no permite gatitos, a menos que los sodomices.
Exhibicionista en todos los frentes posibles del término, Pornostagram no pide ningún sacrificio, sino que vayas un paso más allá de Boobstagram y reclama que vacíes el disco duro más personal, guarro e intransferible de tu móvil o cámara casera al catálogo porno y gráfico (nunca ha ido tan bien el término) en su plataforma, filtrándolo como te venga en gana y conociendo las opiniones de los voyeurs que os podréis pasar por ahí.
A medio camino entre la plataforma porno online para exhibicionistas amateurs como pueden ser YouPorn oRedTube y la red social del filtro fotográfico cuqui (Instagram), Pornostagram te deja valorar las imágenes, chatear con otros comensales y/o seguir a usuarios a la vez se debate entre los pornográfico y lo artístico, entre el sexo explícito y la sensualidad amateur, entre la carne de cañón para el voyeur y el pajero descubridor de potenciales nuevas/os divas/os para el deleite. Un nuevo paso a la conquista de una industria que ha hecho del ciudadano medio el mejor protagonista de porno low cost, sin más intermediarios que el rollo de papel higiénico.
11.03.14