John Huston (n. Nevada, Misuri; 5 de agosto de 1906 - f. Middletown, Rhode Island; 28 de agosto de 1987) fue un director,guionista y actor de cine estadounidense naturalizado irlandés que realizó numerosos clásicos del cine de Estados Unidos.
Comenzó en el cine como extra en alguna película, como El testaferro, Santos del infierno o The Storm. Gracias a su padre, que era actor, fue guionista de varias películas de William Wyler (La casa de la discordia o Jezabel) y trabajó en una cantidad impresionante de guiones durante los años 1930 y principios de los años 1940 (El sargento York, El doble crimen de la calle Morgue, El último refugio, entre otras). Su primera película como director, de la que también fue guionista, El halcón maltés, sigue siendo considerada una obra maestra de la historia del cine, con Humphrey Bogart en el papel protagonista. Sus siguientes películas importantes también estuvieron protagonizadas por Bogart: El tesoro de Sierra Madre y Cayo Largo.
La reina de África, otra de sus obras maestras, rodada en 1951, demostró a su equipo hasta dónde estaba dispuesto a llegar para rodar una película, rodando en el Congo, con mosquitos, calor y todo tipo de enfermedades. Errol Flynn y Trevor Howard también sufrieron grandes penalidades durante el rodaje de Las raíces del cielo en el Chad.
Sin embargo, su carrera tuvo cierta irregularidad, al aceptar dirigir películas como La Biblia, producida por Dino de Laurentiis; Annie;Evasión o victoria, o Casino Royale, película de James Bond que contó con cinco directores distintos.
A pesar de eso, siguió haciendo grandes películas posteriormente, como Reflejos en un ojo dorado o Bajo el volcán.
Tuvo ocasión de dirigir a su propio padre, el oscarizado actor Walter Huston, en al menos cinco largometrajes, y también dirigió a su hija, Anjelica Huston, en El honor de los Prizzi y en Dublineses, entre otras.
Se puede afirmar que Huston es uno de los grandes directores de la historia reciente del cine.
John Huston
Pocos directores, a bote pronto sólo se me ocurriría Sidney Lumet, han debutado con una película de la categoría de El Halcón Maltes (1941), iniciando así una carrera tan brillante como irregular, frenada temporalmente durante los años de la II Guerra Mundial y que se extendió a lo largo de más de cuarenta años con casi cincuenta títulos, sin contar sus innumerables intervenciones como intérprete. La película supuso la tercera adaptación de la novela homónima de Dashiell Hammett y contó con Humphrey Bogart en el papel del detective Sam Spade. El Halcón Maltés inauguró una estrecha colaboración entre ambos que se materializó en cinco películas, y pronto se convirtió en uno de los iconos del cine negro, siendo considerada como una de las pioneras del género, casi nada para una opera prima.
La Jungla de Asfalto (1950) fue otra de sus películas que evidenció la maestría de Huston detrás de la cámara y su soltura dentro de un género que ya había dejado atrás su etapa de plenitud. Sólo la pericia de un director de su talla pudo exprimir al máximo la novela W.R. Burnett y lanzarla a la categoría de obra maestra, una película que podría ser la definitiva del género, aunque posteriormente se hicieran más y muy buenas, del mismo modo que El Hombre que Mató a Liberty Valance (1962, John Ford) supuso el broche final para el western.
También significó un punto de inflexión en su filmografía Vidas Rebeldes (1961), una historia cargada de nostalgia en la que cuatro almas solitarias buscan y ansían aquello que de sentido a su amarga existencia. El hecho de que fuera el último trabajo de Clark Gable y Marilyn Monroe y que tuvieran en común una vida marcada por el tormento y la tragedia dio a la película una dimensión que, a día de hoy, hace que esa melancolía que transmite en cada fotograma se mantenga todavía latente.
No obstante, Huston fue de esos directores a los que le gustaba tocar todo tipo de género y, además, casi siempre con éxito. Uno de ellos fue el de aventuras, cuya película más importante sería, sin duda, El Hombre que Pudo Reinar (1975), en la que reunió a Sean Connery, Michael Caine y Christopher Plummer para protagonizar una historia escrita por Rudyard Kipling, la odisea vivida por dos farsantes en el antiguo reino de Kafiristán, una película que recoge como ninguna el alma aventurera y viajera atesorada en los textos del escritor británico.
Este podría ser perfectamente el último gran título de Huston, representativo de una inspiración exclusiva de los más grandes directores, a pesar de intercalar en ocasiones otros films de menor entidad, como Evasión o Victoria (1981) , La Biblia (1966) o Los que No Perdonan (1960).
Otros títulos destacables de su filmografía:
El Tesoro de Sierra Madre (1948)
Cayo Largo (1948)
La Reina de África (1951)
Moby Dick (1956)
Freud, Pasión Secreta (1962)
La Noche de la Iguana (1964)
Reflejos en un Ojo Dorado (1967)
El Juez de la Horca (1972)
El Honor de los Prizzi (1985)
Dublineses (1987)
La Jungla de Asfalto (1950) fue otra de sus películas que evidenció la maestría de Huston detrás de la cámara y su soltura dentro de un género que ya había dejado atrás su etapa de plenitud. Sólo la pericia de un director de su talla pudo exprimir al máximo la novela W.R. Burnett y lanzarla a la categoría de obra maestra, una película que podría ser la definitiva del género, aunque posteriormente se hicieran más y muy buenas, del mismo modo que El Hombre que Mató a Liberty Valance (1962, John Ford) supuso el broche final para el western.
También significó un punto de inflexión en su filmografía Vidas Rebeldes (1961), una historia cargada de nostalgia en la que cuatro almas solitarias buscan y ansían aquello que de sentido a su amarga existencia. El hecho de que fuera el último trabajo de Clark Gable y Marilyn Monroe y que tuvieran en común una vida marcada por el tormento y la tragedia dio a la película una dimensión que, a día de hoy, hace que esa melancolía que transmite en cada fotograma se mantenga todavía latente.
No obstante, Huston fue de esos directores a los que le gustaba tocar todo tipo de género y, además, casi siempre con éxito. Uno de ellos fue el de aventuras, cuya película más importante sería, sin duda, El Hombre que Pudo Reinar (1975), en la que reunió a Sean Connery, Michael Caine y Christopher Plummer para protagonizar una historia escrita por Rudyard Kipling, la odisea vivida por dos farsantes en el antiguo reino de Kafiristán, una película que recoge como ninguna el alma aventurera y viajera atesorada en los textos del escritor británico.
Este podría ser perfectamente el último gran título de Huston, representativo de una inspiración exclusiva de los más grandes directores, a pesar de intercalar en ocasiones otros films de menor entidad, como Evasión o Victoria (1981) , La Biblia (1966) o Los que No Perdonan (1960).
Otros títulos destacables de su filmografía:
El Tesoro de Sierra Madre (1948)
Cayo Largo (1948)
La Reina de África (1951)
Moby Dick (1956)
Freud, Pasión Secreta (1962)
La Noche de la Iguana (1964)
Reflejos en un Ojo Dorado (1967)
El Juez de la Horca (1972)
El Honor de los Prizzi (1985)
Dublineses (1987)
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Con K. Hepburn y H. Bogart en el rodaje de La Reina de África |
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De izq. a dcha. Huston, Roberto Rosellini y Peter Lorre, 1954 |
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Con su hija, la actriz Angélica Huston, 1977 |
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José Ferrer, John Huston y Gregory Peck en el set de Moby Dick |
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Paul Newman y John Huston en El Juez de la Horca |
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Dennis Hopper, John Ford y John Huston, 1971 |
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John Huston y Marlon Brando en Reflejos de un Ojo Dorado http://elcineesnuestro.blogspot.com/2012/07/john-huston.html |