Espartaco
Esta entrada de hoy es una antigua crítica que tenía publicada en la web filmaffinity. La he retocado un poco, básicamente porque nunca quedo contento del todo con el resultado final de las entradas, y si no me pusiera impedimentos a mí mismo, estaría cambiándolas hasta el día del juicio. De todas formas, esta crítica lo requería, aunque en esencia sigue siendo la misma.
Creo que Espartaco fue la cuarta o quinta película que dirigió Stanley Kubrick. Por aquel entonces no debía ser un director consolidado y aun estaba bajo la férrea intransigencia de los productores y Kubrick no podía ser Kubrick, demostrar todo lo que llevaba dentro. Normalmente esta situación no es en absoluto positiva, pues no permite aflorar el talento del genio, pero en mi opinión, "Espartaco" es la mejor película de Kubrick, me gusta mucho más que otras películas consideradas mas kubrickianas como La naranja mecánica (1971) o El resplandor (1980). Y el tanto se lo debe anotar Issur Danielovitch Demsky, conocido artísticamente como Kirk Douglas, un judío americano de padres rusos que fue el productor ejecutivo, y antes de contratar a Kubrick, puso bajo la dirección a Anthony Mann, al que despidió para conseguir esta obra maestra, que pasará a la historia como la mejor película "peplum" que ha parido el séptimo arte.
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Douglas y Kubrick, en el rodaje de Espartaco |
La lucha de un esclavo que se rebela contra el poder de Roma para liberar a los oprimidos fue la historia perfecta para encumbrar a Douglas como uno de los grandes iconos de los cincuenta y de siempre. Las intenciones de Espartaco fueron dirigidas hacia la liberación de los esclavos de la península itálica para después poder huir de la misma y así tener una vida digna más allá de las fronteras del Imperio Romano. Su sacrificio contribuyó a la caída del sistema esclavista romano y, a partir de entonces, la vida del esclavo romano sería distinta.
Al margen de la valía de la película como testimonio histórico, las interpretaciones resultan fabulosas, llevadas a cabo por reparto difícilmente igualable: Kirk Douglas, Jean Simmons, Laurence Olivier, Charles Laughton, Peter Ustinov, Tony Curtis, Woody Strode...
La duración del film (unas 3 horas) se compensan con el ritmo de la película, que alterna las escenas en Roma en las que el senado debate qué hacer con Espartaco, con las del propio Espartaco arrasando todo lo que encuentra a su paso, hasta finalizar con el trágico final en Apulia.
Además, la película alberga una de las mejores escenas de la historia del cine, en las que los fieles seguidores de Espartaco corean la célebre frase "Yo soy Espartaco"... una escena mítica que a servidor todavía le pone los pelos como escarpias. Una película emocionante, trepidante y muy humana que sin duda está entre las 20 mejores películas de la historia.
Al margen de la valía de la película como testimonio histórico, las interpretaciones resultan fabulosas, llevadas a cabo por reparto difícilmente igualable: Kirk Douglas, Jean Simmons, Laurence Olivier, Charles Laughton, Peter Ustinov, Tony Curtis, Woody Strode...
La duración del film (unas 3 horas) se compensan con el ritmo de la película, que alterna las escenas en Roma en las que el senado debate qué hacer con Espartaco, con las del propio Espartaco arrasando todo lo que encuentra a su paso, hasta finalizar con el trágico final en Apulia.
Además, la película alberga una de las mejores escenas de la historia del cine, en las que los fieles seguidores de Espartaco corean la célebre frase "Yo soy Espartaco"... una escena mítica que a servidor todavía le pone los pelos como escarpias. Una película emocionante, trepidante y muy humana que sin duda está entre las 20 mejores películas de la historia.
Censura
Después de su estreno en 1960 fue proyectada nuevamente en 1967, con 23 minutos menos que la proyección original, y otra vez en 1991 en la cual se restauraban esos 23 minutos más otros 14 que habían sido censurados antes de la proyección original. La adición incluía varias secuencias de batallas violentas, así como una escena en el baño en la cual Craso, general y patricio romano (interpretado por L. Olivier), en un intento de seducir a su esclavo Antonino (T. Curtis), usa la analogía de "comer ostras" y "comer caracoles" para expresar su opinión de que la preferencia sexual es cuestión de gustos más que de moralidad.
Cuando la película fue restaurada, dos años después de la muerte de Olivier, faltaba el audio original del diálogo de esta escena, por lo que tuvo que redoblarse. Tony Curtis pudo doblar su papel pero la voz de Laurence Olivier tuvo que ser imitada por Anthony Hopkins. En la post-producción Douglas era consciente de que Kubrick tenía la intención de atribuirse el guion de la película, aunque éste había sido adaptado de la novela de Howard Fast por Dalton Trumbo, puesto en la lista negra de Hollywood durante el macartismo. Douglas, poderoso públicamente, se opuso a la exclusión de Trumbo y cuando el nombre de Trumbo finalmente apareció en los créditos la lista negra de Hollywood fue definitivamente cancelada.
"Todo un clásico"
Fernando Morales: Diario El País