Te doy mi alma
¿Quién puede querer tanto a alguien como para darle su alma? Pronto supe que se trataba de Jung y la frase que da título a la película se la dirigía a Sabina Spielrein, su paciente y discípula.Cuando la relación entre ambos se afianza y ella se pone totalmente en sus manos, Jung le regala una bella piedra de color negro, representando su alma, que Sabina ha de cuidar. De hecho, en inglés, la película adoptó el título de “La guardiana del alma” (“Soul keeper”).
A diferencia de “Un método peligroso“, “Te doy mi alma” se adentra en la figura de Sabina Spielrein, a la que rinde homenaje rescatándola del olvido en que la ha sumido la historia. Por esta película también sabemos que tanto Freud como Jung fueron deudores suyos y aprendieron de su legado. Mantuvo correspondencia con Jung hasta su muerte y estuvieron siempre, a pesar de las circunstancias dispares en las que vivieron, íntimamente conectados.
Una descendiente de la psicoanalista, muchos años después, investiga sobre su vida, va a Rusia y encuentra en la biblioteca de Moscú el diario de su antepasada, hurtándolo. Un profesor de historia de la universidad de Glasgow, que contempla lo sucedido, pacta con ella no delatarla a cambio de que la joven le haga unas traducciones. Además, le ayuda a seguir el rastro de Sabina y saber qué fue de ella. La película transcurre, pues, en dos tiempos y trata de aquellos lazos que nuestra alma entabla (más allá del amor, la amistad o la familia) y que, por ser destino, nos acompañarán siempre.
Bella y poéticamente rodada. Interesante, cautivadora e imprescindible.