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Carta Abierta a la Junta Militar por Rodolfo Walsh

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1. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años.

El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades.

El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo remediara males que ustedes continuaron y agravaron.

Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse en los hechos recuperando el programa en que coincidieron en las elecciones de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie como expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único significado posible de ese "ser nacional" que ustedes invocan tan a menudo.

Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.


2. Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror.

Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio.[1]

Más de siete mil recursos de hábeas corpus han sido contestados negativamente este último año. En otros miles de casos de desaparición el recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano su inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo después que los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su turno secuestrados.

De este modo han despojado ustedes a la tortura de su límite en el tiempo. Como el detenido no existe, no hay posibilidad de presentarlo al juez en diez días según manda un ley que fue respetada aún en las cumbres represivas de anteriores dictaduras.

La falta de límite en el tiempo ha sido complementada con la falta de límite en los métodos, retrocediendo a épocas en que se operó directamente sobre las articulaciones y las vísceras de las víctimas, ahora con auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no dispusieron los antiguos verdugos. El potro, el torno, el despellejamiento en vida, la sierra de los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios junto con la picana y el "submarino", el soplete de las actualizaciones contemporáneas.[2]

Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que el fin de exterminar a la guerilla justifica todos los medios que usan, han llegado ustedes a la tortura absoluta, intemporal, metafísica en la medida que el fin original de obtener información se extravía en las mentes perturbadas que la administran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta quebrarla y hacerle perder la dignidad que perdió el verdugo, que ustedes mismos han perdido.


3. La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los prisioneros es asimismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en lugares descampados y horas de la madrugada con el pretexto de fraguados combates e imaginarias tentativas de fuga.

Extremistas que panfletean el campo, pintan acequias o se amontonan de a diez en vehículos que se incendian son los estereotipos de un libreto que no está hecho para ser creído sino para burlar la reacción internacional ante ejecuciones en regla mientras en lo interno se subraya el carácter de represalias desatadas en los mismos lugares y en fecha inmediata a las acciones guerrilleras.

Setenta fusilados tras la bomba en Seguridad Federal, 55 en respuesta a la voladura del Departamento de Policía de La Plata, 30 por el atentado en el Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre del Año Nuevo que siguió a la muerte del coronel Castellanos, 19 tras la explosión que destruyó la comisaría de Ciudadela forman parte de 1.200 ejecuciones en 300 supuestos combates donde el oponente no tuvo heridos y las fuerzas a su mando no tuvieron muertos.

Depositarios de una culpa colectiva abolida en las normas civilizadas de justicia,incapaces de influir en la política que dicta los hechos por los cuales son represaliados, muchos de esos rehenes son delegados sindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros, opositores no armados, simples sospechosos a los que se mata para equilibrar la balanza de las bajas según la doctrina extranjera de "cuenta-cadáveres" que usaron los SS en los países ocupados y los invasores en Vietnam.

El remate de guerrilleros heridos o capturados en combates reales es asimismo una evidencia que surge de los comunicados militares que en un año atribuyeron a la guerrilla 600 muertos y sólo 10 ó 15 heridos, proporción desconocida en los más encarnizados conflictos. Esta impresión es confirmada por un muestreo periodístico de circulación clandestina que revela que entre el 18 de diciembre de 1976 y el 3 de febrero de 1977, en 40 acciones reales, las fuerzas legales tuvieron 23 muertos y 40 heridos, y la guerrilla 63 muertos.[3]

Más de cien procesados han sido igualmente abatidos en tentativas de fuga cuyo relato oficial tampoco está destinado a que alguien lo crea sino a prevenir a la guerrilla y Ios partidos de que aún los presos reconocidos son la reserva estratégica de las represalias de que disponen los Comandantes de Cuerpo según la marcha de los combates, la conveniencia didáctica o el humor del momento.
Así ha ganado sus laureles el general Benjamín Menéndez, jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, antes del 24 de marzo con el asesinato de Marcos Osatinsky, detenido en Córdoba, después con la muerte de Hugo Vaca Narvaja y otros cincuenta prisioneros en variadas aplicaciones de la ley de fuga ejecutadas sin piedad y narradas sin pudor.[4]

El asesinato de Dardo Cabo, detenido en abril de 1975, fusilado el 6 de enero de 1977 con otros siete prisioneros en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército que manda el general Suárez Masson, revela que estos episodios no son desbordes de algunos centuriones alucinados sino la política misma que ustedes planifican en sus estados mayores, discuten en sus reuniones de gabinete, imponen como comandantes en jefe de las 3 Armas y aprueban como miembros de la Junta de Gobierno.


4. Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas en secreto después que ustedes prohibieron informar sobre hallazgos de cadáveres que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otros países, por su magnitud genocida o por el espanto provocado entre sus propias fuerzas.[5]

Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo y octubre de 1976 en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento de torturados hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada, fondeados en el Río de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de 15 años, Floreal Avellaneda, atado de pies y manos, "con lastimaduras en la región anal y fracturas visibles" según su autopsia.

Un verdadero cementerio lacustre descubrió en agosto de 1976 un vecino que buceaba en el Lago San Roque de Córdoba, acudió a la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a los diarios que no la publicaron.[6]

Treinta y cuatro cadáveres en Buenos Aires entre el 3 y el 9 de abril de 1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el Río Luján el 9 de octubre, sirven de marco a las masacres del 20 de agosto que apilaron 30 muertos a 15 kilómetros de Campo de Mayo y 17 en Lomas de Zamora.

En esos enunciados se agota la ficción de bandas de derecha, presuntas herederas de las 3 A de López Rega, capaces dc atravesar la mayor guarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Río de la Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera Brigada Aérea[7], sin que se enteren el general Videla, el almirante Massera o el brigadier Agosti. Las 3 A son hoy las 3 Armas, y la Junta que ustedes presiden no es el fiel de la balanza entre "violencias de distintos signos" ni el árbitro justo entre "dos terrorismos", sino la fuente misma del terror que ha perdido el rumbo y sólo puede balbucear el discurso de la muerte.[8]

La misma continuidad histórica liga el asesinato del general Carlos Prats, durante el anterior gobierno, con el secuestro y muerte del general Juan José Torres, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruíz y decenas de asilados en quienes se ha querido asesinar la posibilidad de procesos democráticos en Chile, Boliva y Uruguay.[9]

La segura participación en esos crímenes del Departamento de Asuntos Extranjeros de la Policía Federal, conducido por oficiales becados de la CIA a través de la AID, como los comisarios Juan Gattei y Antonio Gettor, sometidos ellos mismos a la autoridad de Mr. Gardener Hathaway, Station Chief de la CIA en Argentina, es semillero de futuras revelaciones como las que hoy sacuden a la comunidad internacional que no han de agotarse siquiera cuando se esclarezcan el papel de esa agencia y de altos jefes del Ejército, encabezados por el general Menéndez, en la creación de la Logia Libertadores de América, que reemplazó a las 3 A hasta que su papel global fue asumido por esa Junta en nombre de las 3 Armas.

Este cuadro de exterminio no excluye siquiera el arreglo personal de cuentas como el asesinato del capitán Horacio Gándara, quien desde hace una década investigaba los negociados de altos jefes de la Marina, o del periodista de "Prensa Libre" Horacio Novillo apuñalado y calcinado, después que ese diario denunció las conexiones del ministro Martínez de Hoz con monopolios internacionales.

A la luz de estos episodios cobra su significado final la definición de la guerra pronunciada por uno de sus jefes: "La lucha que libramos no reconoce límites morales ni naturales, se realiza más allá del bien y del mal".[10]


5. Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.

En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar[11], resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales.

Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisioncs internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9%[12]prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron.[13]

Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil supera el 30%, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan. Como si esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes el presupuesto de la salud pública a menos de un tercio de los gastos militares, suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenares de médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por el terror, los bajos sueldos o la "racionalización".

Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires para comprobar la rapidez con que semejante política la convirtió en una villa miseria de diez millones de habitantes. Ciudades a media luz, barrios enteros sin agua porque las industrias monopólicas saquean las napas subtérráneas, millares de cuadras convertidas en un solo bache porque ustedes sólo pavimentan los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo , el río más grande del mundo contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez de Hoz arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de gobierno que ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe.

Tampoco en las metas abstractas de la economía, a las que suelen llamar "el país", han sido ustedes más afortutunados. Un descenso del producto bruto que orilla el 3%, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por habitante, una inflación anual del 400%, un aumento del circulante que en solo una semana de diciembre llegó al 9%, una baja del 13% en la inversión externa constituyen también marcas mundiales, raro fruto de la fría deliberación y la cruda inepcia.

Mientras todas las funciones creadoras y protectoras del Estado se atrofian hasta disolverse en la pura anemia, una sola crece y se vuelve autónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a la mitad de las exportaciones argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa en 1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil en la provincia de Buenos Aires con sueldos que duplican el de un obrero industrial y triplican el de un director de escuela, mientras en secreto se elevan los propios sueldos militares a partir de febrero en un 120%, prueban que no hay congelación ni desocupación en el reino de la tortura y de la muerte, único campo de la actividad argentina donde el producto crece y donde la cotización por guerrillero abatido sube más rápido que el dólar.


6. Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S.Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete.

Un aumento del 722% en los precios de la producción animal en 1976 define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por Martínez de Hoz en consonancia con el credo de la Sociedad Rural expuesto por su presidente Celedonio Pereda: "Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos".[14]

El espectáculo de una Bolsa de Comercio donde en una semana ha sido posible para algunos ganar sin trabajar el cien y el doscientos por ciento, donde hay empresas que de la noche a la mañana duplicaron su capital sin producir más que antes, la rueda loca de la especulación en dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés por hora, son hechos bien curiosos bajo un gobierno que venía a acabar con el "festín de los corruptos".

Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el crédito nacional en manos de la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la Siemens se premia a empresas que estafaron al Estado, devolviendo las bocas de expendio se aumentan las ganancias de la Shell y la Esso, rebajando los aranceles aduaneros se crean empleos en Hong Kong o Singapur y desocupación en la Argentina. Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los apátridas de los comunicados oficiales, dónde están los mercenarios al servicio de intereses foráneos, cuál es la ideologia que amenaza al ser nacional.


Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de hechos malvados no pretendiera que esa Junta procura la paz, que el general Videla defiende los derechos humanos o que el almirante Massera ama la vida, aún cabría pedir a los señores Comandantes en Jefe de las 3 Armas que meditaran sobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que, aún si mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace más de veinte años mueven la resistencia del pueblo argentino no estarán dcsaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas.


Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.

Rodolfo Walsh. - C.I. 2845022
Buenos Aires, 24 de marzo de 1977.




















(1) Desde enero de 1977 la Junta empezó a publicar nóminas incompletas de nuevos detenidos y de "liberados" que en su mayoría no son tales sino procesados que dejan de estar a su disposición pero siguen presos. Los nombres de millares de prisioneros son aún secreto militar y las condiciones para su tortura y posterior fusilamiento permanecen intactas.

(2) El dirigente peronista Jorge Lizaso fue despellejado en vida, el ex diputado radical Mario Amaya muerto a palos, el ex diputado Muñiz Barreto desnucado de un golpe. Testimonio de una sobreviviente: "Picana en Ios brazos, las manos, los muslos, cerca de Ia boca cada vez que lloraba o rezaba... Cada veinte minutos abrían la puerta y me decían que me iban hacer fiambre con la máquina de sierra que se escuchaba".

(3) "Cadena Informativa", mensaje Nro. 4, febrero de 1977.

(4) Una versión exacta aparece en esta carta de los presos en la Cárcel de Encausados al obispo de Córdoba, monseñor Primatesta: "El 17 de mayo son retirados con el engaño de ir a la enfermería seis compañeros que luego son fusilados. Se trata de Miguel Angel Mosse, José Svagusa, Diana Fidelman, Luis Verón, Ricardo Yung y Eduardo Hernández, de cuya muerte en un intento de fuga informó el Tercer Cuerpo de Ejército. El 29 de mayo son retirados José Pucheta y Carlos Sgadurra. Este úItimo había sido castigado al punto de que no se podía mantener en pie sufriendo varias fracturas de miembros. Luego aparecen también fusilados en un intento de fuga".

(5) En los primeros 15 días de gobierno militar aparecieron 63 cadáveres, según los diarios. Una proyección anual da la cifra de 1500. La presunción de que puede ascender al doble se funda en que desde enero de 1976 la información periodística era incompleta y en el aumento global de la represión después del golpe. Una estimación global verosímil de las muertes producidas por la Junta es la siguiente. Muertos en combate: 600. Fusilados: 1.300. Ejecutados en secreto: 2.000. Varios. 100. Total: 4.000.

(6) Carta de Isaías Zanotti, difundida por ANCLA, Agencia Clandestina de Noticias.

(7) "Programa" dirigido entre julio y diciembre de 1976 por el brigadier Mariani, jefe de la Primera Brigada Aérea del Palomar. Se usaron transportes Fokker F-27.

(8) El canciller vicealmirante Guzzeti en reportaje publicado por "La Opinión" el 3-10-76 admitió que "el terrorismo de derecha no es tal" sino "un anticuerpo".

(9) El general Prats, último ministro de Ejército del presidente Allende, muerto por una bomba en setiembre de 1974. Los ex parlamentarios uruguayos Michelini y Gutiérrez Ruiz aparecieron acribillados el 2-5-76. El cadáver del general Torres, ex presidente de Bolivia, apareció el 2-6-76, después que el ministro del Interior y ex jefe de Policía de Isabel Martínez, general Harguindeguy, lo acusó de "simular" su secuestro.

(10) Teniente Coronel Hugo Ildebrando Pascarelli según "La Razón" del 12-6-76. Jefe del Grupo I de Artillería de Ciudadela. Pascarelli es el presunto responsable de 33 fusilamientos entre el 5 de enero y el 3 de febrero de 1977.

(11) Unión de Bancos Suizos, dato correspondiente a junio de 1976. Después la situación se agravó aún más.

(12) Diario "Clarín".

(13) Entre los dirigentes nacionales secuestrados se cuentan Mario Aguirre de ATE, Jorge Di Pasquale de Farmacia, Oscar Smith de Luz y Fuerza. Los secuestros y asesinatos de delegados han sido particularmente graves en metalúrgicos y navales.


EL GUION DE SARTRE SOBRE EL COLONIALISMO

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EL GUION DE SARTRE SOBRE EL COLONIALISMO

Los condenados de la Malasia

En 1943, la Liberación de París podía olerse pero no verse aún. Las naciones imperialistas de Europa todavía tendían sus tentáculos sobre Africa y Asia. Y el cine estaba en su cumbre como arma de propaganda y propagación de ideas entre las masas. Fue entonces cuando Jean-Paul Sartre recibió el encargo de un guión. Inédito y sin filmar durante décadas, Tifus es rescatado en forma de libro. José Pablo Feinmann lo leyó, lo celebra como una pieza maestra sobre la libertad, le imagina directores y lo compara con las películas de su época.
Por José Pablo Feinmann
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Qué pena: nadie se animó a filmar este poderoso guión. Era demasiado para 1943. No por el costo. No porque no fuera atractivo para cualquier productor. Menos aún porque fuera hermético. Al contrario, se entendía todo y posiblemente se entendiera más de lo conveniente.
 Sartre fue un hombre de una coherencia filosófica y moral notables. Murió, con él, todo posible acercamiento entre la filosofía y la política, la historia, la injusticia, el hambre. Me detengo con alguna frecuencia a ver la foto del 19 de abril de 1980 que exhibe la biografía de Annie Cohen Solal. Es la foto de los funerales de Sartre. Gobernaban aquí los guerreros de la peste. La muerte del gran filósofo fue anunciada como la de otro “subversivo” caído en un enfrentamiento. Las frases eran horribles, asqueantes: “Ideólogo de la subversión marxista, de notable influencia en las guerrillas que asolaron el continente americano, amigo del régimen de Fidel Castro, admirador del Che Guevara y de Mao Tsé Tung...” Hablaban del autor de El ser y la nada, Saint Genet, comediante y mártir, Crítica de la razón dialéctica, El idiota de la familia, del novelista de La náusea, del exquisito, sensible literato de Las palabras. En París –que fue su ciudad, su ciudad-situación– fueron a despedirlo 50.000 personas. Miro otra vez la foto. Difícil creerlo: ¿toda esa gente va a despedir a un filósofo? Algunos dicen: “Es el último acto del Mayo francés”. Sí y no, como le gustaba escribir a Sartre en la Crítica. Es, en 1980, el entierro de la política. El fin de la voluntad de cambiar el mundo. Es, también, como si se hubiera dicho: enterremos a Sartre, enterrémoslo de una vez por todas, ya estamos hartos de él, no queremos que nadie nos recuerde que el mundo es injusto y que nada hacemos para que no lo sea, que en el mundo hay hambre, guerras, que el imperialismo sigue existiendo, el racismo, la tortura, que nuestros héroes militares de Argelia dan clases en países como Chile y Argentina, donde se masacra a miles de seres luego de interrogarlos según el método de nuestros pares, del héroe de la Resistencia Paul Aussaresses, donde se los tortura para obtener información y a eso se le llama tarea de inteligencia. Enterremos a Sartre: ya no vende bien.
No lo quieren en la academia americana. Toleran más a Michel Foucault, que demuestra tan exhaustivamente la magnificencia del Poder que no quedan vericuetos para la rebelión contra él. Toleran más a Derrida y a todos los posmodernos. Enterremos a Sartre y –con él– a Marx. ¿Quieren una crítica a la modernidad? Búsquenla en Heidegger. Es despiadado con el tecnocapitalismo. Pero de su crítica no extrae la antipática, incómoda –especialmente esto: incómoda–, necesariedad de enfrentarlo en el campo de la política, de la lucha social, o de clases. No: derrotaremos al tecnocapitalismo, saldremos de la modernidad desde el lenguaje, desde el claro del bosque y el Ereignis, nuestra propiación del Ser, nuestro pathos de la escucha. Echen a Sartre del canon. Es cierto que Adorno dijo que él asume el pathos de la escucha al sufrimiento de los otros en lugar del pathos de la escucha en lo abierto, en nuestra propiación del Ser. Pero Adorno es nuestro: cambió el eje del marxismo. Pasó de la lucha de clases al dominio del hombre sobre la naturaleza. Ahí entró en Heidegger. La razón instrumental surge de la crítica al tecnocapitalismo del segundo Heidegger. Adorno y Horkheimer no lo dicen. Pero tampoco citan las Tesis de filosofía de la historia de Benjamin, y eso que eran sus amigos, y Benjamin murió en la frontera española, suicidándose, y ellos escribieron Dialéctica del Iluminismo en la soleada California, en tanto Adorno dialogaba sobre el atonalismo con Schoenberg, tarea a la que dedicó años de su vida. Todo está muy bien sin Sartre. El mundo académico es lo que es y el resto es la maravilla de la pura diferencia, jamás entendida como conflicto. Todo conflicto lleva –de un modo u otro– a la dialéctica, a Hegel, a Marx y a Sartre. Y Sartre, para colmo, rechaza la dialéctica como teleología, huye de los determinismos del Manifiesto y de la conciliación final de la Fenomenología y de la Lógica hegelianas. Mejor editemos la Dialéctica negativa de Adorno. Digamos todo el tiempo que Adorno dijo lo más genial que filósofo alguno dijo sobre la dialéctica: que el momento negativo no debía suprimirse nunca, que la conciliación es la negación de ese momento. Callemos, olvidemos decir que lo dijo en 1966 y que Sartre ya había publicado hacía una década casi Cuestiones de Método y luego la Crítica, una summa metodológica insuperable. No importa: Sartre fue el único filósofo que pudo hablar a los jóvenes durante el Mayo francés, en tanto, en Alemania, Adorno llamaba a la policía porque una alumna decidió mostrar sus tetas en una de sus clases. Sartre la hubiera aplaudido.

Además, Adorno, curioso marxista, terminó escribiendo un libro tras otro sobre Schoenberg y Alban Berg. Lo admito: Sartre también nos pegó una buena patada enloqueciéndose con su Flaubert cuando esperábamos otra cosa de él. ¡Cuatro tomos y ni siquiera llegó a Madame Bovary! Pero la muerte nos negó la obra que planeaba: Sujeto y poder. ¡Ah, lo que eso hubiera sido! No importa: es un legado, un mandato. Tendrá que escribirla alguno de nosotros.
El guión de Tifus, que edita Edhasa sobre un original que lanzó Gallimard en 2007 (¿otra vez las editoriales se interesan por Sartre, incluso por este guión olvidado, casi inexistente?), es una joya, un puro placer de lectura. Una lectura que convoca sin cesar imágenes. Que es la función esencial del guión de cine. La casa Pathé se lo encargó a Jean-Paul en 1943. No le faltaban ideas sobre el cine, sobre su función y sobre cómo debía hacerse. La “Liberación” de París estaba a la mano y todos eran proyectos para el nuevo tiempo que se abría. “Sartre (escribe Arlette Elkaïm-Sartre, la encargada de publicar sus textos póstumos, joven de menos de treinta años cuando Sartre la adoptó y le dijo: ‘Cuando me haga viejo, empujarás mi carrito’) tenía su propio punto de vista, que había expresado en la prensa clandestina: sólo el cine tenía la capacidad de hacer reflexionar al mismo tiempo que distraer y emocionar, y de llegar así al gran público; tras la aparición del cine sonoro, creía, habíamos olvidado el poder de evocación del séptimo arte, la ampliación del horizonte que éste es capaz de ofrecer, y que los grandes realizadores del cine mudo habían sabido llevar tan bien a la práctica (...). Sartre soñaba con equivalentes modernos de Metrópolis, de El nacimiento de una nación, que dieran a los espectadores plena conciencia de que existían no sólo como individuos, sino también como colectivos; había que ‘hablar de la multitud a la multitud’”.
Tifus es una película anticolonialista de aventuras. Sucede en Malasia. Un territorio bajo el poder del Imperio Británico. De pronto, la mala noticia: se desata una epidemia de tifus. El guión –desde ahí– establece dos categorías de seres humanos: los colonos y los malayos. Los colonos quieren irse, salvarse. Los malayos son los que más contraen el mal. De modo que la presencia de un nativo es la de la peste, la del contagio y la muerte. El punto de partida es atractivo: un autocar está a punto de partir con una serie de europeos. En el techo están las pertenencias, atadas con fuerza, seguras. Adentro, un calor intolerable. Todos quieren partir. Falta sólo una pareja: Tom y Nelly Dixmier. Han trabajado en distintos lugares nocturnos. Ella canta. El es un aventurero sin gloria ni dignidad, un pobre tipo. Por fin, llegan. El autocar se prepara para partir. El chofer retira una escalera por medio de la que colocó en el techo los equipajes. De pronto aparece un malayo, trepa por la escalera y se queda en el techo del autocar. Nadie consigue que baje. Emprenden el viaje con él. Los europeos se horrorizan. Llevan la peste en el techo del autocar. Una mujer, que viaja en los últimos asientos, muy fina, muy europea, tiene una crisis de nervios: “¡Sí, y nuestras maletas también están en el techo, y mi bicicleta, y un cochecito de niño, los piojos van a meterse en todos lados, en nuestros vestidos, en nuestra ropa blanca, en todos lados, en todos lados!”. Que nadie crea –como se ha dicho al aparecer este texto– que tiene algo que ver con La peste de Camus. Si bien el diálogo de la señora burguesa desesperada que acabamos de citar tiene semejanzas con el texto que cierra la novela de Camus, con el sentencioso doctor Rieux advirtiendo a la humanidad que la peste siempre espera, el guión de Sartre no pretende funcionar como alegoría de nada. La peste es la peste y punto. No es el stalinismo, ni el nacionalsocialismo ni ninguna dictadura imaginable. Siempre me irritó esa carga metafórica de la novela de Camus, a la que nunca estimé como –por ejemplo– a El extranjero. Sus pretensiones alegóricas erosionan gravemente a La peste. Por el contrario, la enfermedad, en Tifus, es sólo una enfermedad. Sirve para demarcar una situación: la contraen sobre todo los malayos y los europeos buscan huir a la civilización para salvarse. Tal como habrá ocurrido varias veces en la historia colonial de Europa. El autocar sigue su marcha. Penetra en el desierto. El juego entre los que viajan recuerda a La diligencia de John Ford. Nelly Dixmier sería Claire Trevor, la mujer de vida incierta pero buena, generosa. Thomas Mitchell, el médico quebrado, borracho sin retorno, que se reencuentra con su dignidad cuando tiene que atender a un moribundo y pide, imperioso: “¡Coffee! ¡Coffee!”, John Carradine, el caballero misterioso, indescifrable. El comerciante y... John Wayne, que no está en Tifus. Ford habría dirigido genialmente esta secuencia de Sartre. Aunque: no sé. Porque hay algo que reclama más a Wes Craven que a Ford. La cosa viene así: el autocar marcha velozmente a través del desierto. Adentro, los europeos se abanican, beben agua o alcohol. Sudan interminablemente. Pero Sartre –que da indicaciones a la cámara– pide un plano en picado arriba del autocar: el malayo se está rascando, se arranca la piel, se retuerce, gime de dolor. No podemos dudarlo: tiene la peste. Otra vez vamos dentro del autocar. El conductor mira fijamente a través del amplio vidrio delantero. Sólo el desierto se dilata ante su mirada. De pronto, el parabrisas se inunda de sangre. El tipo grita como loco, sin poder evitarlo. ¿Qué haría acá Wes Craven? Haría aparecer la cara del malayo pegada al vidrio, ante la mirada de todos, con los ojos desorbitados, escupiendo sangre. ¿Qué tal? ¿No es mala la escena, eh? Mírenlo a Sartre: miren cómo disfrutó con un efectismo escalofriante. No lo hace aparecer al malayo, pero la sangre que cubre el parabrisas es la de un vómito suyo, signo irrefutable de su condición de apestado. Falta todavía. El chofer y Tom, el compañero de Nelly, toman coraje y bajan para liberarse del malayo. Con asco, con miedo al contagio, lo bajan del techo y lo tiran sobre el desierto.
Chofer: ¿Aún vive?
Tom: No tengo idea. Ayúdame.
“El malayo (escribe Sartre) está tendido sobre el camino, con los ojos en blanco, la boca abierta y los puños crispados. Tom y el chofer están inmóviles ante ese cuerpo inanimado y lo miran con repugnancia. Tom se enjuga el sudor de la frente con el pañuelo.”
Chofer: ¡Oye, todavía está caliente!
Tom: ¡Oh, no importa! Es él o nosotros, ¿eh? Dirás que estaba muerto. Además, tal vez lo esté.
Tom regresa al autocar. Nelly le pregunta por el malayo.
Tom: Estaba muerto, Nelly.
Nelly: ¿Estás seguro?
Tom: Ya estaba frío.
Tal vez Tifus exhiba un par de arquetipos que luego serían muy transitados por el cine. El mayor, el de Nelly Dixmier. Pero no aparece definida desde el principio, como Claire Trevor en La diligencia. Se va eligiendo (más sartreano imposible) a través de la trama. Nos preguntamos: ¿llegará hasta la prostitución? Depende de ella. Todo indica que sí, pero un acto de libertad puede arrancarla de ese destino. Y otro acto (también de libertad) puede hundirla en él. Los dos actos serán libres. Porque se sabe: la libertad es el fundamento de la alienación. Si el hombre no fuera libre, la alienación no existiría. Ergo, la libertad es el fundamento del ser.
Sartre se detiene morosamente en describirnos honras fúnebres de malayos. Marchas de seres oscuros, entre la resignación y la rebeldía. Cantos malayos, bailes malayos. Son los condenados de la tierra, condenados, también, por la peste. Entre todo este aquelarre hay un personaje central, indefinible: George. Ha sido médico, pero lo extravió la bebida. Ahora se viste de malayo y disfruta con su bajeza. Es –entre otras cosas peores– informante de la policía. De tanto en tanto, algún viejo orgullo aflora en él. Un inspector le dice:
Inspector: Jamás te negué un whisky. Mira, incluso en marzo pasado, viniste a darme una información, no gran cosa, y bien, te fuiste con tres botellas. ¡Ah, mi viejo cochino!
George: ¡No me toque! Soy un cochino, eso está claro. Pero no su viejo cochino.
Inspector: Como quieras, George. Lo importante para mí, sabes, es que seas un cochino.
Sí, George y Nelly se encuentran. Los dos arquetipos. La cantante que se derrumba en la prostitución. Y el ex médico que está en el abismo. Recordemos, sin embargo, esto es de 1943: algunas (muchas) películas funcionan muy bien con los arquetipos que instrumentan. ¿Alguien cree que Casablanca (1942, Michael Curtiz) no es un desaforado muestrario de arquetipos? Bogart (Rick Blaine), el tipo desengañado. El que no arriesga su cuello por nada. Ni por nadie. El que está de regreso de todas las pasiones de este mundo. Sobre todo del amor, que lo perdió en París. Ilsa Lund (Bergman), la mujer noble que sigue al hombre que encarna una gran causa pero ama al aventurero que sólo encarna la suya. El capitán Louis Renault (Claude Rains), el corrupto policía que se vende al mejor postor, pero, en el final, hace lo correcto y se aleja con Bogart en busca de una perdurable amistad. Victor Laszlo (Paul Heinreid), el héroe de la Resistencia francesa (inventada en gran medida por este gran film), tan noble y puro... ¡que viste de blanco en medio de nazis que lo persiguen! Conrad Veidt, el toque alemán, el monstruo de El gabinete del doctor Caligari, transformado aquí en el temible, malvadísimo, Major Heinrich Strasser. Peter Lorre, el pícaro ladronzuelo que paga caros sus compromisos con la Resistencia. Madeleine LeBeau, que se ha entregado a los alemanes, pero cuando escucha “La Marsellesa” la acompaña fieramente con su guitarra, y canta y llora... y se redime. Y el buenazo del negro Dooley Wilson, el prototipo del negro de los ‘40, fiel a su patrón, a quien sigue en medio de la lluvia y la desdicha rumbo a Casablanca. ¿Se pueden concebir más arquetipos? Todo, sin embargo, funciona, y Leonard Maltin la considera la mejor película que hizo Hollywood.
¡Qué bueno habría sido el film basado en el guión de Sartre! Lo que asombra –insisto– es la pasión del maestro por contar sucesos, acciones, hechos. Y si George es un arquetipo, no es cualquiera. Tiene sus buenas complejidades. Su capacidad de autodestrucción supera la de cualquier personaje de Hollywood de la época y aun de otras cinematografías. Será Nelly la que lo desenmascare, la que lo hiera y le exija que vuelva a ser un hombre, a encontrarse con algunos pedazos de vieja dignidad.
Nelly: Ha bebido.
George: ¿Y qué? (...) Con el dinero que usted me arrojó a la cara, ¿creía que iba a hacer confeti?
Nelly: ¿Se ha bebido ese dinero?
George: ¡Pues claro!
Nelly: ¡Miente! Miente. Empiezo a conocerlo. No lo ha tocado (...) Y esta noche, ¿cree que no he comprendido la comedia que representaba? Pero, ¿qué es ese asco que lo lleva a empeñarse en ser más abyecto de lo que es? Está ahí, como un pusilánime, un sucio, un borracho, me miente y yo... Me avergüenzo de usted.
Si llegara a surgir un amor entre George y Nelly no pareciera tener tonalidades rosadas, sino oscuras y hasta sanguinarias. Tal vez, ellos dos, europeos, son tan víctimas como los malayos y los acompañarán en su desgracia. El momento decisivo que marca la diferencia entre colonizadores europeos y colonizados malayos es cuando el gobernador de la colonia pregunta:
El Gobernador: (A los médicos.) Los barrios europeos no han sido afectados, ¿no es cierto?
El doctor Thomas: Aún no.
El Gobernador: Bien. Entonces hay todavía muchas esperanzas.
Para ellos, sí. Para los nativos, para los malayos, no. Creo que será inevitable adosar este notable guión cinematográfico del gran maestro del sujeto, de la libertad y la praxis contra el poder, a las líneas poderosas, feroces a veces, del Prólogo a Los condenados de la tierra, completándolo, entregándole mayor carnadura aún. Será ése su lugar más adecuado, el que le entregará su más honda transparencia.
Tifus. Un guión Edhasa, Barcelona, 2009 216 páginas.

El apocalipsismo Por José Pablo Feinmann

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Si las llamadas o autodenominadas democracias occidentales se aprestan a descorchar botellas de champagne para celebrar los 20 años de la caída del Muro de Berlín, sería aconsejable que no, que no gasten dinero inútilmente, que no descorchen nada, que ni una botella de cerveza se tome en Berlín ni en ninguna otra parte. Un triunfo lo es cuando puede superar el problema que había dado origen a su enemigo. Si el comunismo surge en el curso de la historia para expresar el descontento de los expoliados, de las clases obreras con salarios magros, la injuria de la extrema desigualdad social, las ganancias excesivas de los poderosos, la formación de los monopolios, la rapiña del capital financiero, sólo la solución de estas cuestiones habrá de sellar su aniquilación. Con el Muro de Berlín no sólo debió haber caído la desunión de Alemania, no sólo debió haber prevalecido un régimen de concesiones democráticas ante otro oscuramente autoritario, una ciudad iluminada por los carteles de Yves Saint-Laurent y Coca-Cola sobre otra aún oscurecida por la larga sombra del campesino Stalin. Se les debió entregar a los obreros comunistas lo que siempre habían pedido, pero ahora en medio de la democracia, de la libertad. El Muro no cayó para eso. Fue un triunfo propagandístico de Occidente y una gran derrota de las filosofías igualitarias, que habían equivocado (ya desde las páginas de Marx) su proyecto político al desdeñar a la democracia en beneficio de un engendro que llevó el nombre de dictadura del proletariado.


No es demasiado arduo detectar los dislates teóricos del error socialista. En un breve texto de mayo de 1875 (Crítica del programa de Gotha), Marx escribe: “Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media el período de la transformación revolucionaria de la primera en la segunda. A este período corresponde un período de transición, cuyo Estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado” (Marx y Engels, Obras escogidas, Ediciones en Lenguas Extranjeras, Moscú, 1955, pág. 25). Antes –en una celebérrima carta de marzo de 1852 a J. Weydemeyer–, el genio del British Museum (porque Marx se habrá equivocado bastante en sus aspectos proféticos y en sus enfoques sobre el problema colonial, pero fue un genio en casi todo lo demás que abordó) afirmaba que este tema, el de la dictadura del proletariado, era lo más genuino y original que había aportado a la economía y a la filosofía políticas: “Lo que yo he aportado de nuevo ha sido demostrar: 1) que la existencia de las clases sólo va unida a determinadas fases históricas de desarrollo de la producción; 2) que la lucha de clases conduce, necesariamente, a la dictadura del proletariado; 3) que esta misma dictadura no es de por sí más que el tránsito hacia la abolición de todas las clases y hacia una sociedad sin clases” (ibid., pág. 481).

En suma, todo está claro y teñido de necesariedad. El concepto de necesidad es medular en el pensamiento de Hegel y Marx. El decurso de la Historia es necesario porque responde a las leyes de la dialéctica. Hegel decía que la dialéctica no era un método sino “el movimiento interior de la cosa”. Las cosas son dialécticas. La dialéctica, al ser el motor de la Historia, conduce necesariamente de una etapa histórica a otra. El pasaje del capitalismo al comunismo es necesario. Pero, entre ambos momentos históricos, Marx introduce una etapa de fuerte contenido político. La llama dictadura. ¿De quién? Del proletariado, la clase revolucionaria. ¿Cómo se ejerce esa dictadura? Por medio del Estado. Es el Estado revolucionario el puente entre capitalismo y comunismo. ¿Por qué debe ser una dictadura? Porque los capitalistas se oponen a la sociedad comunista. La sociedad burguesa se niega a morir. Hay que matarla. O licuarla. O, en lo posible, incorporarla a la sociedad revolucionaria, cosa improbable. Queda entonces establecida la necesariedad de la dictadura. Una dictadura cuya misión será negarse a sí misma, llevarnos hacia la libertad, hacia la democracia, hacia la abolición de las clases. Hacia una sociedad sin clases. Marx ha insistido: será una etapa de transición. ¿Cuánto durará esa transición? ¿Cuánto durará esa dictadura? Muy simple: si la dictadura se establece para eliminar a los capitalistas, será necesaria en tanto éstos existan. ¿Cuándo y cómo se establece que los capitalistas no existen más o que ya no implican peligro alguno y podemos dar por terminada la dictadura? O también: ¿quién lo establece? Aquí había un problema que no fue visto: ¿qué dictadura o qué dictador tendrá la grandeza de decir “los motivos que justificaban mi posesión del poder han desaparecido, inauguremos otra época, la de la libertad, la de la democracia, ya no hay capitalistas que reprimir, la sociedad sin clases es una realidad, la dictadura ha terminado, mi gobierno también”? Nadie lo fue. Los dictadores socialistas (todos bendecidos por las elucubraciones políticas de Marx) revelaron una fuerte obstinación por aferrarse al poder y ninguno dijo jamás que su ciclo había terminado. De hecho siempre hubo motivos, reales o menos reales, para justificar su permanencia y mantener una dictadura inalterable, una libertad sólo para los adictos al régimen y un desdén por la democracia como valor exclusivamente burgués, algo que les resultaba sencillo demostrar pues la burguesía abusaba de ese concepto hasta tornarlo irritativo, propagandístico o simplemente mentiroso. Sin embargo, a lo largo de los años, se afirmó una certeza en todos: la peor democracia es superior a la mejor de las dictaduras. La única dictadura del proletariado que aún se sostiene es la de Fidel Castro en Cuba. Pero Fidel, antes que por la existencia de un peligro capitalista interno, justifica su posesión del poder (en sus manos o en las de su hermano) por el bloqueo al que Estados Unidos somete a la isla. No bien éste cese, Fidel declarará concluida su dictadura proletaria y abrirá una etapa democrática para acompañar a los restantes países del Mercosur, que hacen de la democracia uno de sus principales valores y se han asociado con firmeza ante su posible deterioro en Honduras. Castro ha encarnado de modo impecable la compleja relación entre socialismo y democracia. Que es así: para quitarle al capitalismo sus privilegios, para erradicar su régimen de expoliación, hay que acudir al autoritarismo. Cuando en una sociedad se instala el autoritarismo, ya no se sale de él, pues siempre se sigue encontrando algo que lo justifica. O si no, se lo inventa. De aquí que sea posible conjeturar que, una vez levantado el bloqueo a la isla de la dictadura socialista, otro motivo se esgrima para mantenerla. Hasta que la transición (en lugar de manejarla Castro) la manejen sus herederos o la oposición de Miami, que apesta. Tanto como apestará Cuba si Castro, de una vez por todas, no hace él mismo lo que hay que hacer.

En Rusia es Lenin el que acude a la idea de “vanguardia” que encarnará la dictadura del proletariado. Su problema es complejo: no tiene proletariado revolucionario. Moreno no tenía burguesía revolucionaria. De aquí que Moreno y Lenin se parezcan tanto. Moreno es un jacobino sin burguesía levantisca. Lenin es un socialista con campesinos, sin proletarios. ¿La solución? La teoría revolucionaria. Lenin lo hace así: si esperamos a que Rusia atraviese su etapa capitalista y surja el proletariado revolucionario, la revolución no la hacemos nunca. Además, dentro del capitalismo, el proletariado termina generando una conciencia tradeunionista y sumándose, en tanto cómplice, a la burguesía. Recordar la célebre carta de Engels: “¿Me pregunta usted qué piensa el obrero inglés? Lo mismo que el burgués”. ¿De qué sirve entonces transitar la etapa capitalista y esperar el surgimiento del proletariado? Hay una solución: la elite revolucionaria, en tanto vanguardia, conoce las leyes de la historia. Ella debe gobernar. Fundar un partido revolucionario y a su través hacer penetrar “desde arriba” la teoría revolucionaria en las masas. Pasarán, así, del precapitalismo al socialismo, por medio de la ideología que la vanguardia les entregará. Esto exige un grupo de intelectuales cohesionados (lo mismo pensaba Moreno al escribir su Plan de Operaciones), un grupo militante que conozca la mecánica histórica y los pasos que son necesarios dar. Se crea el Partido Revolucionario de Vanguardia. Se muere Lenin. Todo pasa muy rápido. El Partido necesita un jefe. (Siempre hace falta un jefe. Nadie ha escapado jamás al esquema arborescente. El rizoma fracasa porque necesita crear, lo quiera o no, una conducción. Toda conducción es arborescente. Deleuze y Guattari pueden ser útiles para un amable asambleísmo o para una reunión de consorcio, no para la realidad áspera, represora y mafiosa del poder.) Se elige un jefe. El jefe se transforma en dictador. ¿O acaso no conduce una dictadura? ¿Esa dictadura es la del proletariado? No hay proletariado. Hay teoría revolucionaria. La teoría revolucionaria la conocen el jefe y su entorno. Se la comunican a las masas. Entretanto, el jefe, ya dictador, es erigido en personalidad a la que se le debe rendir obediencia y culto. La teoría revolucionaria se congela y deviene dogma. El Partido Revolucionario de Vanguardia deviene burocracia que rinde culto al jefe y aplica represivamente el dogma. Y esto es ya el stalinismo. El Partido es burocracia. La teoría es dogma. La elite, burocracia. El Estado, la centralización del poder dictatorial. Con este esquema, Josef Stalin logra milagros. La Unión Soviética sale de la Segunda Guerra convertida en una gran potencia que se reparte el mundo con los yanquis y los ingleses. Se da el gusto de aventajar a los yanquis en la carrera espacial. El mundo entero llora a la perrita Laika y rinde culto a Yuri Gagarin. Y hay muchos que creen en que ese proceso (el stalinismo) podrá y deberá ser la alternativa a las injusticias del capital. Papá Stalin mata a quien se le antoja, pero Occidente no consigue unir su imagen a la de Hitler. El sereno, calmo campesino no da demoníaco.

Por fin, cae el Muro. Quien diga que fue para mal se arriesga demasiado. Quien diga que fue para bien es un ingenuo o un buen señor alemán que quiere festejar la unidad de su patria. Hoy Alemania es la tercera potencia mundial, acaso la cuarta. Pero es poderosa. De los dos bloques queda uno, “América”. Que se desboca. Si Fukuyama dice que la Historia terminó (ya se sabe que Hegel lo había hecho en 1831 bajo Federico Guillermo: congeló la historia porque a él y a su monarca le convenían), Huntington vendrá a corregirlo y a poner sobre el tablero la nueva hipótesis de conflicto: el islam. No el fundamentalismo islámico, dirá. El islam, todo el islam. El mundo –qué duda cabe– estaba más ordenado con los dos bloques de la Guerra Fría. Hoy existe una multipolaridad nuclear apocalíptica. Todos tienen armamento nuclear. Y todos están bastante locos, o sin duda demasiado nerviosos. Lo cierto es que el bendito Muro deconstruido no trajo la multipolaridad democrática, ni el fragmentarismo liberal de buena estirpe productiva, sino el mercado neoliberal manejado por los oligopolios. Un oligopolio es como un tiburón dentro de un estanque en que sólo hay pequeños peces. Se los come a todos. Se consolida la verdadera revolución del siglo XX y la hace la vieja burguesía, la que Marx había condenado a morir: la revolución comunicacional. El tiburón oligopólico tiene el poder de colonizar las conciencias. De sujetar a los sujetos. La “verdad” es resultado del poder comunicacional oligopólico. Algo que ni Foucault llegó a ver en estos términos. Si yo tengo dos diarios, tres canales de televisión, cuatro radios, cinco revistas, puedo fácilmente meter “mi” verdad en la conciencia de millones de seres que pasivamente la reciben. Luego hablan y creen que hablan, pero soy yo el que habla. Ellos dicen lo que han escuchado decir a mis obedientes y eficaces periodistas. También debo tener editoriales o acciones en las principales del mercado. No me faltarán escribas. Les encargaré todos los libros que necesite. Los llamaré libros de “destrucción de honras ajenas”.

Ese poder quedó en manos de Occidente. Pero Occidente ya no controla todo. No se puede controlar todo. Lo intentó con la teoría de la “guerra preventiva”. Pero no: ahí está China. Una mezcla explosiva de comunismo y economía de libre mercado. Y hasta tiene un pianista que mata: Lang Lang. Lo vi ahora en Frankfurt. Un pianista clásico rocker. Al lado de Liberace es Arrau o Argerich. Escuché a todos los chinos que largaron discursos en esa Feria: ni uno mencionó los derechos humanos, la libertad o la democracia. Al diablo con la democracia. Miren a América latina. Es cierto: mírennos. Vamos hacia los 30 años de democracia y el verdadero poder sigue intacto. Uno sospecha que si el socialismo es la dictadura del proletariado, la democracia es la dictadura de la burguesía.

Caído el Muro, lo que se inaugura es el tiempo del Terror. Se dijo que esa caída era la toma de la Bastilla de nuestro tiempo. Después de la Bastilla vino el Terror. Después del Muro, el terrorismo. ¿Qué época vivimos? Los posmodernos ilustraron bien lo que se buscaba con la caída del comunismo: el fin de los grandes relatos, de las totalidades totalitarias, el fragmentarismo, la deconstrucción, la exaltación de las diferencias, el reconocimiento del Otro, el feminismo, etcétera. No más. Hoy, tanto Irán como Corea del Norte, India, Pakistán, Rusia, Israel y todos los países del Occidente cristiano están armados nuclearmente y dispuestos a apretar todos los botones que sean necesarios si la cosa se descontrola. Son los tiempos del Apocalipsismo. Los tiempos de hoy.

RADAR - 8 DE NOVIEMBRE DE 2009

Del derecho al ateísmo Por Michel Onfray

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Existe un instrumento formidable para medir la barbarie y el progreso, y es la intolerancia al ateísmo. Nuestros maestros pensadores toleran lo que les resulta familiar y defienden los derechos, por ejemplo el derecho de prensa, pero únicamente cuando lo que se está defendiendo es su propia concepción del mundo. Por el contrario, si se trata de tolerar, ni hablemos de lo intolerable sino simplemente de una visión alternativa a la de ellos, entonces los tolerantes de papel sacan la artillería pesada.

Lo mismo ocurre con el ateísmo, bastante poco generalizado si se tiene en cuenta la enorme cantidad de gente que cree en cualquier pavada: el Dios judío que abre el mar en dos para dejar pasar a su pueblo, el Jesús cristiano que camina sobre las aguas o resucita tres días después de su muerte, Mahoma que no sabe escribir pero transcribe escrupulosamente los versículos del Corán, como también las profecías del Dalai Lama sobre la reencarnación de perros y gatos y las extravagancias raelianas sobre la salvación a través de clones asistidos por platos voladores, son todas ofensas a la razón razonable y razonante...

Si a uno se le ocurriera sonreír y afirmar alegremente que no cree en dioses que desafían de este modo las leyes de la naturaleza, enseguida lo cubrirían de epítetos infamantes. ¿Te burlas del Dios de los judíos? Antisemitismo. Muy rápido te empezarán a comparar con Hitler. ¿Te ríes del Dios de los cristianos? Blasfemia. Rápidamente serás considerado el anticristo, el diablo, Satanás. ¿Dudas del Dios de los musulmanes? Islamofobia. Serás inmediatamente colocado a la extrema derecha de Le Pen. Y la letanía va en aumento: sacrilegio, injuria, ofensa, y aunque defiendas las libertades de pensamiento y expresión, ¡te terminarán colocando en el campo de los intolerantes alérgicos a la democracia!

Reivindico el derecho a no creer en las fábulas y, sobre todo, el derecho a poder expresarme sin ser tomado por alguien que desprecia, insulta, ultraja, ataca, ofende o provoca. El derecho al ateísmo es un barómetro de la auténtica democracia: desconfíen de aquellos que profieren insultos cuando uno se ríe de las chiquilinadas de la razón poco razonable, están hechos de la misma madera que los Savonarola o Fouquier-Tinville.

Este texto forma parte del flamante Filosofar como un perro(Capital Intelectual), compilación de las irreverentes pero estimulantes columnas del feroz y polémico filósofo francés Michel Onfray, autor de libros como Tratado de ateología, Antimanual de filosofía y El vientre de los filósofos.

File:Michel Onfray - Theatre rond point - 2010-05-20.jpg

Michel Onfray (Argentan, 1 de enero de 1959) es un filósofo francés que ha escrito una treintena de libros en los que formula un proyecto hedonista ético. Fue fundador de la Universidad Popular de Caen (Francia).
Cree que no hay filosofía sin psicoanálisis, sin sociología, ni ciencias. Un filósofo piensa en función de las herramientas de que dispone; si no, piensa fuera de la realidad.
Forma parte de una línea de intelectuales próximos a la corriente individualista anarquista, intentando entroncar con el aliento de los filósofos cínicos (Diógenes), y epicúreos (Epicuro). Según él, la educación nacional enseña la historia oficial de la filosofía y no aprender a filosofar.

Obras en el idioma original francés

Le ventre des philosophes, critique de la raison diététique (1989)
Physiologie de Georges Palante, portrait d’un nietzschéen de gauche (1989)
Cynismes, portrait du philosophe en chien (1990)
L’art de jouir : pour un matérialisme hédoniste (1991)
La sculpture de soi: la morale esthétique (1991)
L’œil nomade : la peinture de Jacques Pasquier (1992)
La raison gourmande, philosophie du goût (1995)
Ars moriendi : cent petits tableaux sur les avantages et les inconvénients de la mort (1995)
Métaphysique des ruines : la peinture de Monsu Désidério (1995)
Les formes du temps : théorie du Sauternes (1996)
Politique du rebelle : traité de résistance et d’insoumission (1997)
À côté du désir d’éternité : fragments d’Égypte (1998)
Théorie du corps amoureux : pour une érotique solaire (2000)
Prêter un livre n’est pas voler son auteur (2000)
Antimanuel de philosophie : leçons socratiques et alternatives (2001)
Célébration du génie colérique : tombeau de Pierre Bourdieu (2002)
L’invention du plaisir : fragments cyrénaïques (2002)
Esthétique du Pôle nord : stèles hyperboréennes (2002)
Splendeur de la catastrophe : la peinture de Vladimir Vélikovic (2002)
Les icônes païennes : variations sur Ernest Pignon-Ernest (2003)
Archéologie du présent, manifeste pour l’art contemporain (2003)
Féeries anatomiques (2003)
La philosophie féroce (2004)
La communauté philosophique (2004)
Traité d’athéologie, París, Grasset, 2005
Naissance d'une université populaire (conférence ; avec la participation de Stefan Leclercq), DVD, Editions Sils María, 2005
La sagesse tragique : du bon usage de Nietzsche, París, Livre de Poche, 2006, Biblio essais n°4388 - (manuscrit datant en fait de 1986, perdu un temps par l'auteur)
Traces de feux furieux, La philosophie féroce II, Galilée, 2006
La puissance d'exister, Grasset, 2006
Théorie du voyage : poétique de la géographie, Galilée, 2007
Fixer des vertiges. Les photographies de Willy Ronis, Galilée, 2007
La Pensée de midi. Archéologie d'une gauche libertaire, Galilée, 2007
Le songe d'Eichmann, Galilée, 2008
L'Innocence du devenir. La vie de Frédéric Nietzsche, Galilée, 2008
Le Chiffre de la peinture - L'oeuvre de Valerio Adami, Galilée, 2008
Le soucis des plaisirs : construction d'une érotique solaire, Flammarion, 2008
Le Crépuscule d'une idole. L'affabulation freudienne, Grasset, 2010
Journal hédoniste :
I. Le désir d’être un volcán (1996) II. Les vertus de la foudre (1998) III. L’archipel des comètes (2001) IV. La lueur des orages désirés (2007)
Contre-histoire de la philosophie :
1. Les sagesses antiques - de Leucippe à Diogène d'Oenanda, Grasset, 2006 2. Le christianisme hédoniste - de Simón le magicien à Montaigne, Grasset, 2006 3. Les libertins baroques, Grasset, 2007 4. Les ultras des lumières, Grasset, 2007 5. L'eudémonisme social, Grasset, 2008 6. Les machines désirantes (à paraître)

La directora de la Revista Vogue Fabricante de sueños

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GRACE CODDINGTON, LA DIRECTORA CREATIVA DE LA REVISTA VOGUE

Fabricante de sueños

En 2006, la película El diablo viste a la moda hizo ingresar a una nueva villana en el imaginario colectivo: Anna Wintour, editora de la revista Vogue en su edición norteamericana, según la implacable actuación de Meryl Streep. Pero todo villano necesita su reflejo, su némesis, y cuando un año después se estrenó The September Issue, un documental sobre la producción de la revista más importante de la moda, apareció la talentosa y simpática Grace Coddington, su directora creativa. Eterna rival de Wintour, la ex modelo británica pelirroja y pálida, desfigurada en un accidente de auto en los años ’60, protagonista del Swinging London y el jet set de Saint Tropez, es la mujer que inventó los ensayos fotográficos para las producciones de moda. Hoy, junto a Wintour, marca el pulso de la moda mundial a los 70 años y acaba de consagrarse como la mejor vendedora de fantasías con Grace: a memoir, su recién editada autobiografía.






 Por Ana Wajszczuk

Es ese pelo. Ese pelo como una llamarada roja: su marca registrada. Una marca física que señala lo perdurable entre lo efímero, al igual que la marca que Grace Coddington, la mujer del electrizado pelo rojo fuego, ha dejado como estilista tras las fotografías de moda más icónicas de los últimos cuarenta y cinco años: es la marca de una maga de Oz, una contadora de historias de ensueño que rebasan el mundo de la moda para retratar su tiempo. De Grace Coddington y su pelo de fuego decía la Vogue británica en 1959: “Una chica radiante con un estilo que brilla. Vive en Putney, es camarera y modelo part-time. Creemos que hará mucho más de modelo que de camarera”. Con dieciocho años, recién salida de una islita rocosa al norte de Gales, había ganado el concurso Young Idea de la revista. Y todo estaba aún por suceder: el Swinging London, ella. Durante estas décadas donde el mundo de desfiles y producciones que rodea la moda se expandió del haute couture al streetstyle y de París a las marcas globales, su cabellera de leona, su palidez de porcelana y su frente prerrafaelista eran reconocidas sólo en el estrecho mundillo de la moda. Para el resto de los mortales, ese pelo oculto tras los mejores reportajes fotográficos de moda del último medio siglo pasó a ser una celebridad cuando, ya con décadas de estilista encima y como directora creativa de la Vogue estadounidense, fue la involuntaria protagonista, por contraposición a la temida Anna Wintour, editora en jefe de la revista, de The September Issue (2009), el primer documental que las mostró tras bambalinas. Volvió a participar en In Vogue: The Editor’s Eye, un segundo documental –esta vez sobre las editoras de moda de Vogue– estrenado en diciembre de 2012 como parte de los festejos por los 120 años de la revista (y que HBO repondrá en agosto). Y con setenta y un años e impecable timing, publicó al mismo tiempo Grace: a memoir, un libro parte autobiografía, parte coffee table, que le valió un anticipo de más de un millón de dólares con Random House. Como una suerte de Patti Smith en Just Kids –aunque sin nada de su talento como escritora: no le tiembla el pulso al decir que apenas leyó un par de libros en toda su vida que no fueran de fotografía–, sus memorias son un fresco de época que atraviesa, entre Londres, París y Nueva York, los momentos más glamorosos de la última mitad del siglo XX. ¿Mick Jagger? ¿Helmut Newton? ¿Catherine Deneuve? ¿Richard Avedon? ¿Karl Lagerfeld? ¿Las supermodelos de los ’90? De 1960 a hoy, nombren a una celebridad del mundo de la música, la fotografía, el cine o la moda: por delante o por detrás de las fotos imaginadas por Grace Coddington, estuvieron todos.

LA CENICIENTA DE ANGLESEY

“Para mí, siempre se trató de Vogue”, escribe en Grace... “Cuando era una adolescente viajaba una vez al mes al pueblo especialmente para comprarla, tenían uno o dos ejemplares atrasados. Lo que más amaba eran las fotos, sobre todo las tomadas al aire libre. Me transportaban a toda clase de lugares exóticos, lugares donde podías usar esa ropa. ¡Conjuntos para después de esquiar bajo árboles cargados de nieve! ¡Túnicas sobre un traje de baño, en playas de coral besadas por el sol...!” Cuando las opciones en Anglesey, su isla natal, eran trabajar de operaria en una fábrica o de camarera, Grace Coddington hizo su valijita y aterrizó en Londres. “No sos rubia, y no sos lo suficientemente linda”, le dijeron en una escuela de modelos ignota. Grace Coddington siempre lo supo. Eppur se muove. “Yo era una chica con carácter más que una chica linda, y supongo que es eso lo que busco hoy en las chicas que selecciono para Vogue.” Lo cuenta con el mismo tono tan escueto con que cuenta en el libro las grandes tragedias de su vida, “como una heroína de Brontë, con una quieta determinación”, dice Michael Roberts, editor de moda de Vanity Fair y su coautor. Apenas unas líneas para lo que podría darle verdadera profundidad a lo que cuenta: los barrabravas de Chelsea que tiraron su auto con ella embarazada de siete meses adentro, la pérdida de ese bebé –el único que concibió–, la muerte de su hermana por sobredosis, las trabas burocráticas para adoptar a su sobrino, el accidente de auto que le rebanó de una tajada su párpado izquierdo. Grace Coddington sólo dice frases como: “Por suerte encontraron mis pestañas”. Porque lo que le interesa contar es lo que le interesa a la moda: un mundo de ensueño, no los sinsabores de la vida. En sus memorias, tal como lo hace en sus producciones, hay un aire de película, y por eso sus dibujos que recorren todo el libro y su selección de fotografías dicen más que lo que pone en palabras. Pero es entre el jet set de París, Londres y Saint Tropez de los años ’60 cuando desfilan las mejores anécdotas: era un mundo en ebullición donde todo estaba cambiando para siempre, y ella estaba en el centro del torbellino. “Ya no era todo una cuestión de privilegios, títulos o dinero. Fue un giro sensacional para el statu quo.” Era la época de sus romances impetuosos, en que huía de Roman Polanski, su novio la engañaba con la hermana de Catherine Deneuve, se casaba con el joven restaurateur que creó Mr. Chow –“donde pronto se congregó una galaxia de celebridades”– para convertirse en la pareja del momento justo antes de divorciarse, se pintaba las pestañas exageradas que luego popularizó Twiggy. Había nacido “The Cod”, su apodo como guiño a la modelo Jean Shrimpton, “The Shrimp” (el calamar), pero la pelirroja con frialdad de bacalao (cod, en inglés) y habilidad camaleónica para cambiar entre sofisticada y atrevida, tenía un estilo que iba a perdurar mucho más que su apariencia. “Vidal Sasoon creó esos cortes geométricos para mí. El estaba entre ese grupo de gente que eran lo más en Londres. Mary Quant, fotógrafos como David Bailey y Terrence Donovan, Los Beatles y Los Rolling Stones. ¡Y yo los conocía a todos! Y de repente, ya no importaba que no fuera una rubia linda.”

GRACE EN EL PAIS DE LAS MARAVILLAS

Para 1968, Grace Coddington ya era editora de modas junior en Vogue. Con el fotógrafo Norman Parkinson, su mentor, aprendió a viajar y a tener, siempre, los ojos bien abiertos para crear esos largos ensayos fotográficos de veinte páginas o más que se convertirían en su sello durante los años ’70 y ’80, ya como editora senior, cuando su estilo avant garde supo incluir algunos de los atuendos de Delia Cancela en sus producciones. Fue una época de lujo: como si fuese una National Geographic de la moda, las producciones de Vogue duraban semanas para “captar el ambiente” en las Seychelles, en la China comunista –donde descartó toda la ropa para vestir a sus modelos a lo Mao– o en Rusia, donde una Jerry Hall vestida de rojo agitaba una bandera del mismo color ante un monumento soviético. Sus imágenes de moda siempre ofrecieron ese algo extra: una pista del signo de los tiempos. “Yo no creo que la fotografía de moda sea arte. Porque si es arte, no está cumpliendo su trabajo. La regla número uno es hacer la imagen bella y lírica, o provocativa e intelectual. Pero aun así hay que vender el vestido. Aunque me guste correr los límites.” Para fines de los años ’90, su estilo teatral y narrativo se convertía en algo que todos trataban de imitar dentro de la fotografía de modas. A principios del 2000, editó dos libros gráficos, uno para celebrar sus treinta años como estilista; el otro con sus dibujos: es la única editora de modas que se sienta en la primera fila de los desfiles para dibujar los bocetos de las pasadas en vez de hacer que toma notas mientras se deja fotografiar. Una de sus producciones paradigmáticas, que ella misma cuenta en The Editor’s Eye, fue la recreación en 2003 de Alicia en el País de las Maravillas. Convocó a los diseñadores más importantes: Jean Paul Gaultier fue el Gato de Cheshire; Tom Ford, el Conejo Blanco; John Galliano se convirtió en una Reina de Corazones drag queen, la top rusa Natalia Vodianova fue una Alicia en Yves Saint Laurent. Los fotografió Annie Leibovitz. A partir de ese año fue marca registrada: cada diciembre Vogue, esa fábrica de fantasías, recrea bajo la batuta de Grace Coddington alguna gran historia, de Hansel y Gretel al Mago de Oz. Y ella parece tener un gusto especial por las historias clásicas: para muestra basta el estilismo de la actriz Carey Mulligan vestida a lo Gatsby en uno de sus últimos trabajos en la Vogue estadounidense, en mayo pasado. Cuando uno ve a la actriz no hay duda de que si algo brilla en ella, es porque está inserta en ese mundo de maravillas que sólo Grace Coddington puede crear.

SEÑORAS DE NADIE

“Las revistas de ahora sólo tratan de moda en parte, lo que no nos resulta fácil a las de la vieja guardia como yo”, dice. “Me alegro mucho de haber vivido diez años en la Vogue estadounidense cuando aún el elemento crucial era la moda. Desde entonces, Anna ha abierto el foco de forma radical.” La dupla con su jefa, Anna Wintour, saca chispas como ésta desde siempre: hasta hay disfraces de Halloween de ambas. A fines de los años ’80, Anna Wintour tomaba el mando en la Vogue británica y la convertía en todo lo sexy, terrenal y exigente que Grace Coddington no era. Y Grace Coddington renunciaba para irse a Nueva York como estilista de Calvin Klein, que imponía el minimalismo como estilo de toda una época. Para él creó la exitosa campaña del perfume Eternity. Justo cuando comenzaba el bling bling que caracterizaría toda la década siguiente, Anna Wintour tomaba el mando de la joya de la corona: la Vogue estadounidense. Y Grace Coddington se sumó como editora de modas, y desde 1995, como directora creativa. Sin señales de que vayan a retirarse, y en un mundo cuya prerrogativa es la juventud, estas dos señoras que pasan largo los sesenta años marcan el pulso global de la moda. Más que su jefa, aunque Grace Coddington lo niegue, Anna Wintour es su némesis, aunque es ella quien se reveló como el arma secreta de Vogue. Después de que Meryl Streep interpretara a Anna Wintour como una tirana en la taquillera película El diablo viste a la moda (The Devil Wears Prada), basada en las memorias de una ex asistente de la revista, la respuesta de la editora suprema fue The September Issue, sobre el número de septiembre de 2007, el más importante del año, que tuvo cifras record: pesó dos kilos, más de 900 páginas, 13 millones de compradores. El documental catapultó a Grace Coddington al primer plano como involuntaria heroína al negarse a ser seguida por los camarógrafos, para finalmente unirse a ellos: pidió mayor presupuesto para sus producciones delante de cámaras, no dejó de ser una cascarrabias cada vez que su jefa vetaba alguna toma, e incluso incluyó a un camarógrafo barrigón en una de sus puestas. “Si Wintour es el Papa, Coddington es Miguel Angel, tratando de pintar una nueva versión de la Capilla Sixtina doce veces al año”, publicó la revista Time al respecto. Otra vez Anna Wintour recogió el guante, y volvió esa fama inesperada de Grace Coddington a su favor: el resultado fue The Editor’s Eye. Bajo su batuta, ahora las protagonistas eran las casi desconocidas editoras de moda –Grace Coddington incluida–, que volvieron Vogue lo que es desde los años ’60, desde que hacían el estilismo de Marilyn Monroe hasta la portada con Lady Gaga. “Son productoras, directoras y psicólogas”, dice a cámara Anna Wintour. Entre todas ellas, Grace Coddington hizo más por crear el patrón sobre qué se cuenta cuando se cuenta una historia de moda que cualquier otra persona en la industria. “Uno de los aspectos de mi trabajo que más me importan es darle a la gente algo con lo que soñar, igual que soñaba yo de chica mirando fotografías hermosas.” Aunque para ella Vogue parece más que nada la manera de volver a la época de la vida donde toda fantasía es posible, incluso para una chica de una islita perdida.

http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-8989-2013-07-21.html

Jean-Luc Nancy La ciudad a lo lejos

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Las ciudades invisibles   

Objeto de reflexión del filósofo francés Jean-Luc Nancy desde hace más de veinte años, la ciudad en su mirada se muestra multifacética, caótica, ausente y en un futuro, quizá no muy lejano, destinada a desaparecer. Pero como lo corrobora en La ciudad a lo lejos, siempre en un proceso de incesante transformación.






 Por Mariano Dorr

Podría incluirse la obra de Jean-Luc Nancy en lo que Mónica Cragnolini (refiriéndose a Nietzsche, Blanchot y Derrida) llamó “temblor del pensar”, o pensamiento del temblor. Se trata de un trabajo teórico siempre oscilante, ocupado más en la profundización de las tensiones conceptuales antes que en su síntesis o resolución. Para Nancy, nosotros mismos somos esa tensión irresuelta entre vida y muerte: “Toda su vida, el cuerpo es también un cuerpo muerto, el cuerpo de un muerto, de este muerto que soy al vivir. Muerto o vivo, ni muerto ni vivo, soy la abertura, la tumba o la boca, una en la otra”, escribió en Corpus. La ciudad es también un conjunto de cruces, temblores, trayectos, choques, desplazamientos y emplazamientos en donde se pone en juego nuestro habitar –según Nancy– como transeúntes en permanente circulación.
La ciudad a lo lejos es un conjunto de textos que intentan abordar (de muy diferentes maneras) la cuestión de la ciudad. Sorprende encontrar, por ejemplo, un poema de Nancy dedicado a los “instantes de ciudad”: “Obra cuneta barrera / grúa pala rodera / martillo neumático compresor / alambrado avisador / sobre todas esas tripas / eléctricas gaseosas hidráulicas digitales”, escribe entre otros versos.
El Prefacio lleva como título “La ciudad incivil” y comienza señalando la que quizá sea la tesis de Nancy sobre su tema: “La ciudad no siempre fue, no siempre será, tal vez ya no sea”. Siempre igual a sí misma pero al mismo tiempo convirtiéndose todos los días en otra cosa, la ciudad se proyecta en un ejercicio deconstructivo sin descanso, nunca deja de levantarse sobre sí misma, aplastando, reconstruyendo, exhibiendo e invisibilizando su historia. Los dos primeros textos reunidos constituyen el núcleo del volumen; la primera parte –escrita en 1987– está dedicada a Los Angeles, California. El recorrido por Los Angeles no es ni un análisis ni una crítica, apenas un modo de atravesar la ciudad, entre el asco, la estupefacción, la nostalgia y el asombro. Doce años más tarde, Nancy es invitado a continuar la meditación. Retoma en donde había terminado su ensayo: la exasperación de la vida en las villas miseria de Los Angeles (no muy lejos de las mansiones más caras –y estúpidas– del mundo, en Bel Air, Beverly Hills), pero abandona California para pensar la ciudad contemporánea en general: “La ciudad mezcla y remueve todo, separándolo y disolviéndolo. Nos tratamos, nos rozamos, nos tocamos y nos separamos: es un mismo andar. Se está apretado cuerpo a cuerpo en un subterráneo o en una escalera mecánica. Todo el mundo se encuentra y se evita, se cruza y se desvía”, escribe. Sin proximidad, estamos sin embargo muy cerca, dice Nancy.

La ciudad a lo lejos. Jean-Luc Nancy Manantial 144 páginas
Si quisiéramos condensar en un solo elemento o en una imagen a la ciudad, no podríamos. Se trata de una “totalidad esparcida” en constante diseminación, exuberante e imposible de reducir a la imagen. En este sentido, nada más lejos de la ciudad que la fotografía postal: “La postal es a la identidad de la ciudad lo que la foto de identidad es a la persona: inexpresiva, sin espesor, lo contrario a un retrato, una suerte de índice o de icono en el sentido informático”. Al mismo tiempo, fotografía y ciudad resultan inseparables, unidas históricamente la una a la otra desde la aparición misma de la fotografía en el seno de la ciudad. Es la literatura –dice Nancy– la única capaz de ofrecer algo así como una imagen veraz de la ciudad. Y los textos aquí reunidos son, en buena medida, literatura. En “Rumoración” aparece un Nancy transeúnte, paseante, en busca de una frase sobre el rumor, tratando de pensar y de dejarse atravesar por la ciudad, subiendo a un ómnibus, escuchando el llanto de un bebé, mirando carteles publicitarios.
El filósofo francés viene trabajando en la cuestión de la comunidad desde hace ya algunas décadas. Sus escritos sobre la ciudad deben ser leídos en sintonía con La comunidad desobrada (1983) uno de sus ensayos más importantes, donde la cuestión del ser- con, el vivir- juntos, es abordada en toda su densidad. Transformándose, la ciudad deviene siempre otra ciudad, olvidándose de sí misma, capaz de cambiar su nombre y de nombrarse, a su vez, con muchos otros nombres, esquinas, barrios, vecindarios, villas, plazas, monumentos. En movimiento, siempre en camino y expandiéndose, la ciudad y el nombre mismo “ciudad” –advierte Nancy– podría desaparecer algún día en medio de un montón de edificios.
Jean-Luc Nancy (Burdeos26 de julio de 1940) es un filósofo francés, considerado uno de los pensadores más influyentes de la Francia contemporánea, profesor emérito de filosofía en la Universidad Marc Bloch de Estrasburgo y colaborador de las de Berkeley y Berlín.

Principales traducciones en castellano

  • Las musas (Amorrortu, 2008)
  • Ego Sum (Anthropos, 2007)
  • El peso de un pensamiento (Ellago ediciones, 2007)
  • Noli me tangere (Trotta, 2006)
  • Ser singular plural (Arena libros, 2006)
  • Hegel, la inquietud de lo negativo (Arena libros, 2006)
  • La creación del mundo o la mundialización (Paidós, 2003)
  • El "hay" de la relación sexual (Sintesis, 2003)
  • Un pensamiento finito (Anthropos, 2002)
  • El mito nazi (con Philippe-Lacoue-Labarthe, Antropos, 2002)
  • La comunidad inoperante (LOM/Arcis, 2000)
  • La comunidad desobrada (Arena Libros, 2007)

LA PASIÓN EROTICA Del sátiro griego a la pornografía en Internet

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Canon de alcoba

Entrenado en el arte del erotismo y la sensualidad narrativa en la ficción, Ercole Lissardi también se revela como un notable ensayista e investigador del arte amatorio. De los sátiros a la pornografía en Internet, se aparta del amor cortés y explora las arenas más ardientes del deseo.






 Por Juan Pablo Bertazza

El sexo también tiene sus guinness. La orgía más grande del mundo, por ejemplo, sucedió en Japón, donde doscientos cincuenta hombres y doscientas cincuenta mujeres mantuvieron, de manera simultánea, relaciones sexuales. La mujer que detenta el record de mayor cantidad de coitos por día es la actriz porno estadounidense Lisa Sparxxx quien, en 2004, se acostó con 919 hombres en sólo veinticuatro horas, con mínimos descansos de cincuenta y ocho segundos entre uno y otro. Wilt Chamberlain, basquetbolista de la NBA, contó en su autobiografía haber tenido sexo, durante toda su vida, con unas veinte mil mujeres; mientras que Simenon (para hacer entrar en escena a un escritor), le contó a Fellini en una entrevista que estuvo con unas diez mil mujeres. Antes de la aparición de La pasión erótica (Del sátiro griego a la pornografía en Internet) del uruguayo Ercole Lissardi, es probable que no hubiéramos ni siquiera sospechado que ese caótico rejunte de records pornográficos podía incluirse en una tradición de larguísima data, una tradición que proviene de la antigüedad: el paradigma fáunico.
De hecho, Lissardi arranca marcando un claro contraste entre el paradigma del amor –ideal, espiritual, reflexivo y exclusivo– y cuyo origen se remontaría a El banquete de Platón, y precisamente la tradición fáunica, aquella que privilegia contra todo riesgo, y hasta contra cualquier sentido de la ridiculez, el hambre sexual, el deseo irrefrenable, la voluptuosidad en todo su esplendor.
A la manera de Lugones con respecto al Martín Fierro y su curioso linaje grecolatino, sólo faltaba que alguien se dispusiera a volver explícita y ordenar esa tradición que se encontraba –nunca mejor dicho– latente, y que encuentra sus orígenes en el insaciable dios (mitad hombre, mitad cabra) de la mitología romana, tremendamente lascivo, que sorprendía y en silencio devoraba, cual lobo feroz con caperucita roja, a las indefensas ninfas de los bosques. Claro que, a diferencia del siempre pomposo y soberbio Lugones, Lissardi emprende esta titánica tarea con humildad y perfectamente consciente de los límites. Y, no es un dato para nada menor, mostrando sus credenciales de experto autor erótico en el mejor sentido de la palabra. De hecho, en medio del boom de la literatura erótica que propiciaron las Cincuenta sombras de Grey, Lissardi publicó y explotó El centro del mundo, una especie de infidelidad en ese matrimonio por conveniencia entre el mercado y el erotismo. Un conjunto de tres nouvelles de notable calidad literaria que, más que indagar en el sexo, cumplían la misión imposible de establecer un GPS del deseo: un adolescente que se enfrentaba a uno de esos amores que perturban el ser en la mejor tradición de Bataille; un hombre que descubría lo cúlmine de su pasión en un cuerpo que ni siquiera pensaba que lo atraía, la mujer de su amigo, y un joven con aire independiente y rebelde que encontraba una morbosidad inefable en considerar –y dominar– a la candidata perfecta que deseaban imponerle sus padres.
Lissardi propone en La pasión erótica una serie de eslabones que conformarían la cadena opuesta a la tradición occidental del amor, es decir, la tradición fáunica. A aquellos sátiros de la antigüedad, viene a sumar la misma concepción del demonio católico que, al parecer de Lissardi, está inspirado precisamente en la figura del fauno, la del Don Juan y, por último, la de Casanova. Más allá de sus diferencias, en ese itinerario histórico se pasea el paradigma fáunico, un paradigma que, a diferencia del amor que suele ser exclusivo y personal, tiende a la idea de colección ya que, “el impulso fáunico, al ser reprimido, genera la manía coleccionista: se sustituye el harén real por uno de objetos inocentes e inofensivos”.
Lo interesante es que cada peldaño de esa evolución va generando una serie de diferencias. La más importante tiene que ver con la voz, con el uso de la palabra. Mientras que los faunos atacaban a sus víctimas en silencio, el demonio del catolicismo susurra al oído de los fieles algo vulnerables y dubitativos para impregnarlos de tentación y lograr así que sucumban. El Don Juan, por su parte, si bien está ligeramente basado en un personaje histórico y hace uso de la palabra parece más bien hablado por un deseo que desconoce, que le es ajeno y que no puede siquiera empezar a dominar. En ese sentido es Casanova, personaje ya cabalmente histórico, el que por primera vez logra hacer del fauno un sujeto de enunciación, además de convertirse, en muchos casos, en un referente de feministas y en un símbolo de la diversidad sexual de finales del siglo XX. Es que, a diferencia de la cuota de maldad, perversión y hasta cierto masoquismo que caracterizaba a Don Juan, Casanova logra dejar un excelente recuerdo en cada una de las mujeres que pasaron por su cama.

La pasión erótica Del sátiro griego a la pornografía en Internet. Ercole Lissardi Paidós 158 páginas
Para llegar a esas originales conclusiones, La pasión erótica va dando cuenta de la lúcida lectura de numerosos libros que también fomentarían esa genealogía, como Trópico de Cáncer de Henry Miller o el muy poco leído pero extraordinario Supermacho de Alfred Jarry que, efectivamente, trata sobre un record sexual. También da cuenta de obras pictóricas emblemáticas de la tradición fáunica como el Fauno Barberini, notable escultura griega de la época helenística que fuera restaurada por Bernini en el siglo XVII. También, y sobre todo, en el último capítulo dedicado al cuerpo pornográfico y su incidencia en Internet, Lissardi se mete con la fotografía, el arte contemporáneo y el cine, recordando por ejemplo la inolvidable escena de la manteca y el sexo anal en Ultimo tango en París. Este ensayo de Lissardi es una propuesta, una puesta en acto, una reflexión en progreso que, a veces, duda, se replantea algunas cuestiones y hasta es capaz de volver atrás en algunos razonamientos. Pero hay un momento en que Lissardi experimenta una especie de éxtasis, una forma de orgasmo, al dar con una cuestión que, efectivamente, parece autorizar, aceitar y legitimar su genealogía. Eso sucede al referirse a las altísimas posibilidades de que el personaje histórico de Casanova haya colaborado en la ópera Don Giovanni (es decir, Don Juan) de Mozart, estrenada en Praga en 1787. Ese es el punto de máxima explosión de un libro que logra hacer del conocimiento, la reflexión y la recepción de las múltiples ramas del arte un tentador asunto de alcobas.


File:Lissardi.jpeg

Ercole Lissardi (n. 23 de febrero de 1951Montevideo) es un narrador y ensayista uruguayo. Sus novelas, de fuerte contenido erótico, se caracterizan por la intensidad narrativa y por la constelación de significados, que pretende resituar la experiencia erótica en el contexto de la peripecia humana.

Novelas

       Aurora lunar (1996)

  • Últimas conversaciones con el fauno (1997)
  • Interludio, interlunio (1998)
  • Evangelio para el fin de los tiempos (1999)
  • El amante espléndido (2002)
  • Primer amor, último amor (2004)
  • Acerca de la naturaleza de los faunos (2006)
  • Los secretos de Romina Lucas (2007)
  • Horas-puente (2007)
  • Ulisa (2008)
  • Una como ninguna (2008)
  • La vida en el espejo (2009)
  • No (2010)
  • La bestia (2010)
  • El centro del mundo (2013; incluye las novelas El centro del mundoLa diosa idiota y La educación burguesa)

Ensayos

Porno y postporno (2009); coautores: Roberto Echavarren, Amir Hamed

«Stand By Me» Sencillo de Ben E. King

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Stand by Me (canción)
«Stand By Me»
Sencillo de Ben E. King
Publicación        1961
Formato              Vinilo de 7" (45 R.P.M.)
Autor(es)            Ben E. King/Jerry Leiber/Mike Stoller
"Stand by Me" es una canción interpretada por Ben E. King y compuesta junto a Jerry Leiber y Mike Stoller. La canción está adaptada a partir de un tema gospel de 1955 interpretado por The Staples Singers, otorgando a la canción un sonido más contemporáneo. Desde su publicación, ha sido versionado por numerosos músicos, si bien ninguna de las versiones ha alcanzado la fama de la original.
Durante la composición del tema, Ben E. King no tenía intención de grabarla, tal y como declaró en una entrevista para el documental "Historia del Rock'n'Roll". King había escrito el tema para The Drifters, quienes decidieron no grabarla. No fue hasta pasadas las sesiones de grabación de "Spanish Harlem" que, preguntado por el productor musical acerca de nuevo material, King tocó "Stand By Me" en el piano. El productor dio el visto bueno al ensayo y llamó a músicos de sesión para grabar el tema.
Mike Stoller lo recuerda así: "Recuerdo llegar a la oficina, y Jerry y Ben estaban trabajando en la letra de una nueva canción. Ben tenía el inicio de una melodía. La terminó y perfeccionó, trabajó en las armonías y le añadió un bajo que se convirtió en la firma de la canción".
"Stand By Me" ha entrado en los diez primeros puestos de las listas de Billboard en dos ocasiones: tras su publicación como sencillo en 1961 y en 1986, coincidiendo con la publicación del tema en la película Cuenta conmigo y con el uso del tema para un anuncio de Levi Jeans.
"Stand by Me" ha sido catalogada en el puesto 121 de la lista de las 500 mejores canciones de todos los tiempos, elaborada por la revista musical Rolling Stone. BMI nombró el tema como el cuarto más interpretado durante el siglo XX, con más de siete millones de interpretaciones.





Claudia de colombia- Nuestra historia de amor (1970)

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En el umbral de los años 70 comienza su carrera como cantante profesional, grabando en 1970 su primer trabajo discográfico; por otra parte, Claudia de Colombia ha incursionado también en la actuación. Su carrera más productiva fue en los años 1970 y 1980, siendo la primera artista colombiana en tener éxito en el exterior cantando música popular. Actualmente, tras incursionar en el cine, está retirada de los escenarios.
Los triunfos, que han sido bastantes, la han llevado a llenar escenarios tan dispares como el Teatro Teresa Carreño de Caracas, el Madison Square Garden de Nueva York, así como grandes estadios de ArgentinaEcuadorMéxicoPanamá y Colombia. Se dice que es la cantante colombíana que más discos ha vendido y aun sigue vendiendo.


NUESTRA HISTORIA DE AMOR - CLAUDIA DE COLOMBIA

Nuestra historia de amor no la podré olvidar,
fuiste algo muy bello que por mi vida pasó
el más tierno idilio que vivió mi corazón
hoy te vas muy lejos sin saber si volverás
y quizás mañana ya de mi te olvidarás

Por eso quiero recordarte
como el más bello sueño que he tenido
y al despertar mañana y no encontrarte
pensar que fuiste un sueño, solo un sueño

Un sueño para mi maravilloso
que se tiene una cada vez mil noches
y se ha de recordar toda la vida
como algo que pasó y aún no se olvida

Nuestra historia de amor no la podré olvidar
fuiste algo muy bello que por mi vida pasó
el más tierno idilio que vivió mi corazón
hoy te vas muy lejos sin saber si volverás
y quizás mañana ya de mi te olvidarás

Por eso quiero recordarte
como el más bello sueño que he tenido
y al despertar mañana y no encontrarte
pensar que fuiste un sueño, solo un sueño

Un sueño para mi maravilloso
que se tiene una cada vez mil noches
y se ha de recordar toda la vida
como algo que pasó y aún no se olvida

Un sueño para mi maravilloso
que se tiene una cada vez mil noches
y se ha de recordar toda la vida
como algo que pasó y aún no se olvida
como algo que pasó y aún no se olvida

Silvana Di Lorenzo “Me Muero Por Estar Contigo”,

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Silvana Di Lorenzo nació en Argentina; pero rápidamente su familia fue a vivir a Italia. A la edad de catorce años regresa a su país natal; pero no hablaba español, aunque esto no supuso impedimento para su futuro musical.

En la década de los setenta logra un éxito increíble; primero con su debut en el programa televisivo Música En Libertad. Esto le sirvió para que en 1973 publicara su primer trabajo discográfico, logrando una larga carrera musical y que también incluye la actuación. 

Su lista de éxitos es larga; pero podemos mencionar “Ya Yo No Soy Una Niña”, “Locuras Tengo De Ti”, “La Culpa Ha Sido Tuya”,   “Palabras, Palabras” y “Grande, Grande, Grande”, estas dos últimas grabadas en español e italiano.






"Vivencia de los amigos" por Lou Andreas-Salomé.

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En Roma, por lo pronto, ocurrió algo que sopló a favor nuestro: fue la llegada de Friedrich Nietzsche a nuestro circulo, puesto al corriente por carta por sus amigos Malwida y Paul Rée, y que inesperadamente vino desde Mesina a compartir nuestra compañía. Pero sucedió algo aún más inesperado: y es que apenas supo del plan de Paul Rée y mío, Nietzsche se convirtió en el tercero en el pacto. Incluso quedó fijado el lugar de nuestra futura trinidad: iba a ser París (originalmente Viena), donde tanto Paul Rée como yo, él desde antes y yo por St. Petersburgo, estábamos relacionados con Iván Turgueniev. Esto tranquilizo un poco a Malwida, porque allí nos veía protegidos por sus hijas adoptivas Olga Monod y Natalie Herzen; la segunda mantenía además una pequeña tertulia, donde leía cosa bellas rodeada de muchachas jóvenes. Pero lo que más le habría gustado a Malwida habría sido que la señora Rée hubiese acompañado a su hijo y la señorita Nietzsche a su hermano.

Nuestras bromas eran alegres e inofensivas, ya que todos queríamos mucho a Malwida, y Nietzsche estaba a menudo en un estado tal de agitación que pasaba a segundo término su manera de ser más comedida, o dicho más exactamente, algo solemne. Esta solemnidad la recuerdo ya desde nuestro primer encuentro, que tuvo lugar en la Iglesia de San Pedro, donde Paul Rée se entregaba a sus notas de trabajo con ardor y devoción, en un confesionario orientado de manera especialmente favorable hacia la luz, y en donde por eso había citado a Nietzsche. Su primer saludo al mío fueron las palabras: " ¿Desde qué estrella hemos venido a caer aquí, uno frente a otro?". Lo que tan bien comenzara sufrió sin embargo posteriormente un giro diferente que nos hizo pasar, a Paul Rée y a mí, nuevas preocupaciones por nuestro plan, en la medida en que éste se vio incalculablemente complicado por un tercero. Por cierto que Nietzsche lo veía más bien como una simplificación de la situación: hizo que Rée hiciese valer ante mí sus buenos oficios para una proposición de matrimonio. Profundamente preocupados, nos pusimos a pensar cuál sería la mejor manera de solucionarlo sin poner en peligro nuestra trinidad. Se acordó explicarle claramente a Nietzsche, antes que nada, mi fundamental aversión hacia el matrimonio en general, pero además también la circunstancia de que yo viví sólo de la pensión de viuda de general, y que la casarme perdería mi propia pequeña pensión, que le estaba concedida a las hijas únicas de la nobleza rusa.

Cuando salimos de Roma, el asunto parecía liquidado; además en los últimos tiempos Nietzsche venía sufriendo con mayor frecuencia de sus "ataques" -la enfermedad que le había obligado en su día, a abandonar la cátedra de Basilea, y que se manifestaba como una jaqueca terriblemente fuerte-; por tal motivo, Paul Rée se quedó con él todavía un tiempo en Roma, mientras que mi madre -según creo recordar- tuvo por más conveniente partir conmigo primero, de manera que sólo durante el viaje volvimos a reunirnos todos. Luego juntos, hicimos estación por el camino, por ejemplo en Orta, en los lagos del norte de Italia, donde el Monte Sacro, situado en las cercanías, parece que nos cautivo; al menos hubo un mal humor de mi madre ajeno a nuestras intenciones, al habernos demorado Nietzsche y yo, más de la cuenta en el Monte Sacro y no haber regresado puntuales a recogerla, cosa que también anotó con bastante enojo Paul Rée, quien le había hecho compañía. Luego que abandonamos Italia, Nietzsche hizo una escapada a casa de los Overbeck, en Basilea, pero desde allí volvió a reunirse con nosotros en Lucerna, porque los buenos oficios romanos de Paul Rée en su favor le parecían insuficientes y quería conversar el asunto personalmente conmigo, cosa que ocurrió en el Löwengarter de Lucerna. Al mismo tiempo, Nietzsche se empeño en hacer la fotografía de nosotros tres, a pesar de las violentas protestas de Paul Rée, que conservó toda su vida un terror enfermizo a la reproducción de su rostro. Nietzsche en plena euforia, no sólo insistió en hacerla, sino que se ocupó, personalmente y con celo, de la preparación de los detalles -como la pequeña carreta (¡que resultó demasiado pequeña!), o incluso en la cursilería del ramo de lilas en la fusta, etcétera.

[...]

Desde Bayreuth quedó planeada una convivencia de varias semanas entre Nietzsche y yo en Turingia -Tautenburg bei Dornburg-, donde vine por casualidad a vivir en una casa cuyo huésped, el predicador del lugar resultó ser un antiguo discípulo de mi principal profesor en Zurich, Alois Biederman. Parece que al comienzo hubo algunas disputas entre Nietzsche y yo, con motivo de toda clase de habladurías, que hasta el día de hoy me siguen resultando incomprensibles porque no se compadecían con ninguna especie de realidad, y de las cuales también pronto nos deshicimos para gozar abundantemente de la compañía mutua, dejando en lo posible de lado a molestos terceros. Aquí tuve ocasión de adentrarme en el circulo de los pensamientos de Nietzsche mucho más profundamente de lo que me había sido posible en Roma o durante el camino: yo no conocía todavía nada de sus obras, aparte de la Gaya Ciencia, que aún tenía en su último estadio de elaboración y de la cual ya nos había leído en Roma: en las conversaciones de esta especie Nietzsche y Rée se arrebataban las palabras de la boca, hacía tiempo que pertenecían a la misma tendencia espiritual, o en todo caso desde que Nietzsche se había distanciado de Wagner. La predilección por el modo de trabajo aforístico -a la que Nietzsche se veía obligado por su enfermedad y su forma de vida- le había sido propia desde un comienzo a Paul Rée; siempre andaba con un Larochefoucauld o un La Bruyère en el bolsillo, de la misma manera como, desde su primera obra, Sobre la vanidad, permaneció siempre del mismo espíritu. Pero en Nietzsche era posible sentir ya lo que había de llevarlo más allá de sus colecciones de aforismos y hacia el Zaratustra: el profundo movimiento de Nietzsche el buscador de Dios, que venía de la religión e iba hacia la profecía de la religión.

En una de mis cartas a Paul Rée desde Tautenburg la del 18 de agosto, ya puede leerse: "Muy al comienzo de mi relación con Nietzsche le escribí a Maldiwa que éste era una naturaleza religiosa, despertando con ello la más fuerte resistencia de su parte. Hoy quisiera subrayar doblemente esta expresión" "Veremos el día en que se presente como heraldo de una nueva religión, y será entonces una religión que reclute héroes como discípulos. Cuán igual pensamos y sentimos al respeto, y cómo nos quitábamos cabalmente las palabras y los pensamientos de la boca. Literalmente nos matamos hablando estas tres semanas, y lo notable es que, de pronto, él soporta ahora charlar cerca de diez horas al día." "Es extraño que con nuestras conversaciones vayamos a dar involuntariamente a los abismos, a aquellos lugares de vértigo a los que alguna vez uno ha llegado trepando solo, para asomarse a las profundidades. Constantemente hemos escogido los senderos de las gamuzas, y si alguien nos hubiese escuchado habría creído que eran dos diablos conversando."

No podía ser de otra manera, que en el modo de ser de Nietzsche y en lo que decía me fascinara justo aquello que entre él y Paul Rée menos ocasión tenía de acceder a la palabra. Ya que en ello vibraban recuerdos o sentimientos a medias ignorados provenientes de mi niñez, infantilísima, y sin embargo personalísima e indestructible. Sólo que, al mismo tiempo, era precisamente esto lo que no me habría permitido nunca convertirme en su discípula, en su seguidora: caminar en la dirección de la que había tenido que desprenderme para encontrar la claridad, me habría hecho desconfiar en todo momento. Lo fascínate y, al mismo tiempo, un íntima repulsa, eran una y la misma cosa.

Luego de que hube regresado a Stibbe por el otoño, volvimos una vez más a reunirnos con Nietzsche en Leipzig en octubre, por tres semanas. Ninguno de nosotros presentía que sería la última vez. Y sin embargo ya no era como al comienzo, aunque seguían firmes nuestros deseos de un futuro común para los tres. Si he de preguntarme qué es lo que, antes que nada, comenzó a afectar mi disposición interior para con Nietzsche, diré que fue la acumulación creciente, por parte suya, de insinuaciones destinadas a perjudicar a Paul Rée ante mis ojos -y el asombro, también, de que pudiese tener este método por efectivo.

Sólo después de nuestra despedida en Leipzig se desataron igualmente los ataques contra mi persona, reproches cargados de odio de los cuales yo sólo llegué a conocer una carta precursora. Lo que depués siguió parecía contradecir de tal manera la esencia y la dignidad de Nietzsche, que sólo puede ser adscrito a la influencia ajena. Así por ejemplo, cuando nos hacía a Rée y a mi objeto de sospechas cuya falta de fundamento él conocía mejor que nadie. Pero parece ser que lo más odioso de este período me fue simplemente disimulado por los cuidados de Paul Rée -cosa que no supe sino muchos años más tarde; incluso parece que hubo cartas de Nietzsche a mí persona que no me llegaron jamás, ahorrandome improperios que me habrían resultado incomprensibles. Y no sólo esto: Paul Rée me ocultó también el hecho de hasta qué punto las calunmias que circulaban habían soliviantado contra mí también a su familia, hasta el extremo de que ésta me odiaba, en lo cual, es verdad, tenía especialmente que ver la disposición enfermizamente celosa de la madre, cuyo deseo era retener al hijo para sí sola.

El propio Nietzsche, mucho más tarde, parece haber mostrado también su disgusto por los rumores que habia puesto en circulación; ya que por intermedio de Heirich von Stein, que era amigo nuestro, nos enteramos del siguiente episodio de Sils-Maria, donde éste visitó una vez a Nietzsche (no sin antes pedirnos conformidad). Abogó ante él por la posibilidad de terminar con los malentendidos que habían surgido entre nosotros tres; pero Nietzsche respondió, sacudiendo la cabeza: "Lo que yo hice no puede perdonarse."

Posteriormente yo misma seguí conmigo el método de Paul Rée: mantenerme alejada de todo el asunto, no leer nada más al respecto y no ocuparme ni de los ataques de la casa Nietzsche ni, en general, de la literatura sobre Nietzsche después de su muerte. Mi libro Friedrich Nietzsche en sus obras lo escribí todavía completamente sin prevención, motivada tan sólo por el hecho de que con su acceso a la fama, se habían apoderado de él demasiados adolescentes literatos que no lo entendían; a mí misma la imagen espiritual de Nietzsche se me había revelado en sus obras, pero sólo después de nuestro trato personal; mi intención no fue otra sino comprender la figura de Nietzsche a partir de estas impresiones objetivas. Y tal como se me reveló su imagen en la pura fiesta retrospectiva de lo personal, tenía que seguir ante mis ojos.

De MIRADA RETROSPECTIVA. COMPENDIO DE ALGUNOS RECUERDOS DE MI VIDA. Edición original al cuidado de Ernst Pfeiffer, trad. A. Venegas, Madrid, Alianza Editorial, 1980


Famosa fotografía de Jules Bonet donde se observa 
a Lou Andreas Salomé dándole de latigazos a sus 
dos amacios (y eventuales bestias de carga) y que 
no son otros que los filósofos Friedrich Nietzsche y Paul Ree.

Lou Andreas-Salomé

Lou Andreas-Salomé (nacida Luíza Gustávovna Salomé (Луиза Густавовна Саломе)) (12 de febrero de 1861, en San PetersburgoRusia – 5 de febrero de 1937, en GotingaAlemania) fue una escritora rusa, con inclinaciones liberales.
Compartió los secretos más íntimos de filosofía con Nietzsche, pero luego gracias a su magnetismo y belleza encontró su camino junto a Paul Rée (amigo de Nietzsche). Fue una intelectual, autora de muchos libros, psicoanalista y compañía espiritual de artistas y escritores (hombres y algunas mujeres) de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.


Lou Andreas-Salomé (Admirada no sólo por Freud o Rilke)

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lou-salome.gif     12/02/1861 – 05/02/1937
Novelista, ensayista, psicoanalista, y amiga inspiradora de autores y pensadores como Nietzsche, Rilke y Freud. Lou Andreas-Salomé escribió profusamente sobre crítica literaria, filosofía y psicoanálisis. Por su indiferencia ante las convenciones morales y una curiosidad insaciable, Andreas-Salomé representó un desafío para la sociedad de la época.

Louise Andreas-Salomé nació en San Petersburgo en una familia judía adinerada. Su padre fue General en el ejército ruso y su madre la hija de un próspero fabricante de azúcar. Andreas-Salomé era la única hija mujer entre cinco varones. Su relación con su padre fue muy estrecha, al igual que con sus hermanos mayores que la protegían y la adoraban. El padre de Andreas-Salomé murió cuando ella tenía 17 años, lo que dio origen a una etapa profundamente religiosa.
El pastor protestante luterano Hendrik Gillot le dio clases particulares de filosofía y religión. Veinticinco años mayor que ella y casado con dos hijos, le propuso matrimonio, por lo que tuvo que dejarlo como tutor y viajó con su madre a Suiza, donde entró en la Universidad de Zurich, una de las primeras estudiantes mujeres. Allí estudió filosofía, historia del arte y religión comparada.Ya en San Petersburgo, Andreas-Salomé había tenido problemas de salud, pero luego de contraer una enfermedad pulmonar, los médicos le dieron unos pocos años de vida.
Para mejorar su salud fue a Italia. En Roma conoció a Paul Rée, jugador y filósofo con quien vivió en un menage a trois por cinco años, aunque es posible que Andreas-Salomé haya sido virgen hasta 1890. A los veintiún años Andreas-Salomé conoció a Friedrich Nietzsche, amigo de Paul Rée. Nietzsche que tenía treinta y siete años se enamoró a primera vista. “¿De qué estrellas caímos para encontrarnos aquí?” fueron sus primeras palabaras al conocerla. Andreas-Salomé fue el amor más doloroso de Nietzsche. “… Deseo tanto tener cerca un alma como ésta”, escribió Nietzsche a Rée. Elizabeth, hermana de Nietzsche, ayudó con su constante repudio y críticas de Andreas-Salomé debido a sus celos, a que finalmente dejara a Nietsche y a Paul Rée, con lo que el primero entró en estado de profunda depresión casi suicida.
Andreas-Salomé publicó su ensayo sobre el pensamiento del filósofo, Friedrich Nietzsche in seinen Werken (1894), en el que lo describió como “un genio religioso enfrentado a la muerte de Dios”. El primer libro de Andreas-Salomé, Im Kampf um Gott(1885), una novela autobiográfica tuvo gran éxito. También se lo considera su mejor libro en prosa. En 1887 Andreas-Salomé se casó con el orientalista y filólogo Frederick Carl Andreas, dieciséis años mayor que ella. Se dice que el matrimonio que duró 40 años nunca se consumó. Andreas-Salomé consideraba la relación entre su sexualidad y sus intereses de tipo intelectual “por naturaleza” conflictivos.
Aunque Andreas-Salomé continuó viajando por Europa y tuvo relaciones sexuales fuera del matrimonio, siempre regresó a Göttingen. En París pasó mucho tiempo con el dramaturgo alemán Frank Wedekind, quien malinterpretó su interés en él. En Viena Andreas-Salomé visitaba con regularidad el Hof Atelier Elvira, un lugar de encuentro para hombres gay y lesbianas. En 1892 apareció su libro sobre los personajes femeninos de Ibsen,Hedrik Ibsens Frauengestalten. Se decía que Ibsen había basado su famoso personaje femenino Hedda Gabler, que deseaba vivir como un hombre, en Andreas-Salomé, aunque ella expresó desagrado por el personaje.
De 1897 a 1901 Andreas-Salomé tuvo un romance con Rainer Maria Rilke. El poeta tenía 14 años menos que ella. Juntos visitaron Rusia donde conocieron a Leo Tolstoy. En 1911 Andreas-Salomé conoció en Suecia al medico y analista Poul Bjerre, quien la invitó al Tercer Congreso Internacional Psicoanalítico, donde conoció a Freud. Más tarde Andreas-Salomé ayudaría a Victor Tausk, colega brillante de Freud con sus publicaciones. Tausk se suicidó en 1919. Antes de conocer al fundador del psicoanálisis, Andreas-Salomé había publicado un estudio sobre el amor sexual, Die Erotik (1911). En 1912 pidió permiso a Freud para ir a Viena y hacer estudios psicoanalíticos. Freud más tarde diría de ella: “una mujer de peligrosa inteligencia”. En Viena, Andreas-Salomé también conoció a Adler, con quien luego tuvo desavenencias. Por un breve período, Andreas-Salomé fue la alumna más cercana de Freud y participó de las reuniones internas en su casa cada miércoles. Mantuvo correspondencia con Freud durante más de dos décadas.
A partir de 1913 Andreas-Salomé trató pacientes practicando el psicoanálisis, pero sólo en 1920 comenzó a ganar cierto reconocimiento profesional. Una profunda observadora de la naturaleza humana, Andreas-Salomé utilizó su talento para ayudar a sus pacientes, a veces sin cobrarles. El trabajo psicoanalítico más famoso de Andreas-Salomé fue ‘Narzissmus als Doppelrichtungen’ (1921), publicado en Imago, donde publicó varios de sus ensayos. Andreas-Salomé llevó las ideas de Freud hacia una nueva dirección y argumentó que el amor y el sexo son el encuentro del yo con la mitad perdida. Freud consideró su artículo sobre erotismo anal de 1916 como una de los mejores ensayos que publicó. Lou Andreas-Salomé murió de uremia en Göttingen siete años después que su marido. Freud se enteró de su muerte por un periódico.
Sus libros autobiográficos, Grundriss einiger Lebenserinnerungen (1933) y Lebensrückblick (1951), ofrecen una oportunidad fascinante de conocer su punto de vista sobre su propia vida y las personalidades con las que convivió. Sus estudios literarios y analíticos eran tan conocidos en Göttingen, la ciudad alemana donde vivió los últimos años de su vida, que la Gestapo esperó a después de su muerte para quemar su biblioteca.
“Lo único que he hecho en la vida es trabajar”. A. S.
“Si dejo sueltos mis pensamientos, no encuentro a nadie.
Lo mejor, después de todo, es la muerte”. A. S.



 Admirada no sólo por Freud o Rilke,Lou fue amada  por otros intelectuales de su tiempo , entre los que destacan Paul Rée y F.Nietzsche,ambos seguidores de la corriente de Schopenheuer. Los dos filósofos enamorados a la vez de Lou, se plantearon vivir  juntos en una especie de comunidad intelectual, si bien fue totalmente imposible de materializar. La  biografía que escribió   Lou en 1894   “Friedrich  Nietzsche in seinen Werken”, para algunos  es considerada la obra imprescindible para penetrar en el conocimiento del carácter  y psicología del filósofo . También es de lectura imprescindible la biografía que escribió de Rilke en 1928 y el libro diario en la escuela con Freud "In der Schule bei Freud - Tagebuch eines Jahres 1912/1913" . De su obra literaria destaca Im Zwischenland - Fünf Geschichten aus dem Seelenleben halbwüchsiger Mädchen.Escribió un ensayo sobre el erotismo  Das ”zweideutige” Lächeln der Erotik - Texte zur Psychoanalyse" .
También se ha publicado en español un libro basado en su viaje a Rusia junto a Rilke en 1900, en el que ambos coincidieron con Leon Tolstoi . Su autobiografía, «Compendio de algunos recuerdos de la vida», en España publicada por Alianza Editorial bajo el título “Mirada retrospectiva”  nos acerca a una  fascinante época de nuestra cultura europea y nos adentra en la compleja  personalidad de esta  escritora, "con la inteligencia de un águila y la fuerza de un león", según la describió Nietzsche. 

Ana Ajmátova Poesías

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19 de julio de 1914


Envejecimos cien años
aunque esto sucedió sólo en una hora.
Se terminaba ya el corto verano;
humeaban las llanuras labradas.
De repente se abigarró el camino quieto;
voló el llanto como un toque de plata.
Cubriéndome el rostro supliqué a Dios
que me matase antes de la primera batalla.
Desaparecieron las sombras de goces y pasiones
de la memoria, como una carga inútil.
Y una vez vacía, el Señor le ordenó
convertirse en un libro de noticias terribles.

 Sótano del recuerdo


Es pura tontería que vivo entristecida
y que estoy por el recuerdo torturada.
No soy yo asidua invitada en su guarida
y allí me siento trastornada.
Cuando con el farol al sótano desciendo,
me parece que de nuevo un sordo hundimiento
retumba en la estrecha escalera empinada.
Humea el farol. Regresar no consigo
y sé que voy allí donde está el enemigo.
Y pediré benevolencia... pero allí ahora
todo está oscuro y callado. ¡Mi fiesta se acabó!
Hace treinta años se acompañaba a la señora,
hace treinta que el pícaro de viejo murió...
He llegado tarde. ¡Qué mala fortuna!
Ya no puedo lucirme en parte alguna,
pero rozo de las paredes las pinturas
y me caliento en la chimenea. ¡Qué maravilla!
a través del moho, la ceniza y la negrura
dos esmeraldas grises brillan
y el gato maúlla. ¡Vamos a casa, criatura!

¿Pero dónde es mi casa y dónde mi cordura?

 Estamos tan intoxicados uno del otro...



Estamos tan intoxicados uno del otro
Que de improviso podríamos naufragar,
Este paraíso incomparable
Podría convertirse en terrible afección.
Todo se ha aproximado al crimen
Dios nos ha de perdonar
A pesar de la paciencia infinita
Los caminos prohibidos se han cruzado.
Llevamos el paraíso como una cadena bendita
Miramos en él, como en un aljibe insondable,
Más profundo que los libros admirables
Que surgen de pronto y lo contienen todo.


 Una desconocida


Mi vida ha transcurrido en algún sitio
del que yo estaba ausente.
¡Cuántas veces se levantó el telón
y la escena vacía
en vano ha esperado por mí!
¡Cuántas veces
tendió el amor los brazos
hacia mi cuerpo trémulo
y abrazó solo arena, 
una mujer sin nombre,
mientras yo sonreía en otra parte!
A mis mejores amigos
los perdí en algún recodo del camino
antes de haberlos encontrado.
Conozco palmo a palmo una ciudad
y nunca he estado en ella.
Me han conmovido hasta las lágrimas
mares que nunca he visto,
versos que nunca he escrito,
un rostro en el espejo, 
que era el rostro de mi madre
y el de la hija que no tuve
y el de una desconocida
que me miraba con extraño amor,
pero nunca era el mío.
Alguien que se llevó mis risas,
me ha dejado sus lágrimas.
¿De quién son estas lágrimas,
de quién este dolor 
que me traspasa un pecho que no es mío?
Me han robado mi vida,
no lloréis en mi tumba. En ella yace,
bajo mi nombre, una desconocida.



Ana Ajmátova (Odessa, Rusia, 1889-1966)

¿Quién fue Jean Paul Sartre?

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Fue un filósofo, dramaturgo, novelista y periodista político francés,
 uno de los principales representantes del existencialismo. Sartre nació en París el 21 de junio de 1905 y falleció el 15 de abril de 1980.

Su padre fue militar naval y falleció a los pocos meses de su nacimiento, Jean Paul Sartre fue criado por su madre, Anne Marie Schweitzer, hermana de Albert Schweitzer y su abuelo.

En 1915 ingresó en el liceo Henri IV de París y al año siguiente, debido al segundo matrimonio de su madre, se trasladó a La Rochelle, donde continuó sus estudios. En 1920, Jean Paul Sartre regresó a París e ingreso en la "École Normale Supérieure", donde conoció en 1929 a Simone de Beauvoir, su compañera de toda la vida.

Se graduó en 1929 con un doctorado en filosofía y sirvió como conscripto en el Ejército Francés durante la Segunda Guerra Mundial (1939-1945), durante la cual fue prisionero de los alemanes entre 1940 y 1941. Tras recuperar la libertad, Jean Paul Sartre volvió a Francia y comenzó a trabajar como profesor de filosofía en el liceo Condorcet y colaboró con Albert Camus en "Combat", el periódico de la Resistencia.

En 1945 abandonó la enseñanza y fundó junto a Simone de Beauvoir la revista política y literaria "Les temps modernes", de la que fue editor jefe. Unos años después comienza a relacionarse activamente con el socialismo, siendo un severo crítico durante la Guerra Fría (1947-1991).

Jean Paul Sartre tuvo una relación fluctuante con el comunismo, acercándose y alejándose de él. Se opuso a la Guerra de Vietnam, y junto a Bertrand Russell y otros organizó un tribunal con el propósito de exhibir los crímenes de guerra de los Estados Unidos.

En 1964 rechazó el Premio Nobel de Literatura, alegando que su aceptación implicaría perder su identidad de filósofo.

Jean Paul Sartre fue una persona sencilla, sin apegarse mucho a las cosas materiales y con un gran compromiso social, siendo el paradigma del intelectual comprometido del siglo XX.


Sus obras más destacadas son:

El ser y la nada (1943)
El existencialismo es un humanismo (1945)
La transcendencia del ego (1936)
La náusea (1938)
El muro (1939)
Esbozo de una teoría de las emociones (1939)

Algunas de sus mejores frases:

"El mundo podría existir muy bien sin la literatura, e incluso mejor, sin el hombre"

"Felicidad no es hacer lo que uno quiere sino querer lo que uno hace"

"Lo importante no es lo que han hecho de nosotros, sino lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros"

"Una batalla perdida es una batalla que uno cree que ha perdido"

"Quien es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que ser"

"Al querer la libertad descubrimos que ella depende enteramente de la libertad de los demás"

"Aquello que cada uno de nosotros es, en cada momento de su vida, es la suma de sus elecciones previas. El hombre es lo que decide ser"

"Como todos los soñadores, confundí el desencanto con la verdad"

"Cuando los ricos se hacen la guerra, son los pobres los que mueren"

"El hombre está condenado a ser libre"

"El hombre nace libre, responsable y sin excusas"

"En el amor, uno y uno son uno"

"Habremos de ser lo que hagamos, con aquello que hicieron de nosotros"

"Incluso el pasado puede modificarse"

"Lo importante no es lo que han hecho de nosotros, sino lo que hacemos con lo que han hecho de nosotros"

"Lo más desagradable del mal es que a uno lo acostumbra"

"Los hombres son como los dados, se lanzan en la partida de la vida"

"No perdamos nada de nuestro tiempo; quizás los hubo más bellos, pero este es el nuestro"

"No se es escritor por haber elegido decir ciertas cosas, sino por la forma en que se digan"

"No somos libres de dejar de ser libres"

"Quien es auténtico, asume la responsabilidad por ser lo que es y se reconoce libre de ser lo que es"

"Ser libre no es querer hacer lo que se quiere, sino querer hacer lo que se puede"

"Temblad ante el esclavo cuando rompe sus cadenas, no tembléis ante el hombre libre"

"Todo ha sido descubierto salvo cómo vivir"

"Todo lo que existe nace sin razón, se prolonga por debilidad y muere por casualidad"

"Todos los medios son buenos cuando son eficaces"

"Trata de amar al prójimo. Ya me dirás el resultado"







Jean Paul Sartre
             (Francia, 1905-1980)           
  Filósofo francés, dramaturgo, novelista y periodista político, es uno de los principales representantes del existencialismo. Sartre nació en París el 21 de junio de 1905; estudió en la École Normale Supérieure de esa ciudad, en la Universidad de Friburgo, Suiza y en el Instituto Francés de Berlín. Enseñó filosofía en varios liceos desde 1929 hasta el comienzo de la II Guerra Mundial, momento en que se incorporó al ejército. Desde 1940 hasta 1941 fue prisionero de los alemanes; después de su puesta en libertad, dio clases en Neuilly (Francia) y más tarde en París, y participó en la Resistencia francesa. Las autoridades alemanas, desconocedoras de sus actividades secretas, permitieron la representación de su obra de teatro antiautoritaria Las moscas (1943) y la publicación de su trabajo filosófico más célebre El ser y la nada (1943). Sartre dejó la enseñanza en 1945 y fundó, con Simone de Beauvoir entre otros, la revista política y literaria Les temps modernes, de la que fue editor jefe. Se le consideró un socialista independiente activo después de 1947, crítico tanto con la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) como con los Estados Unidos en los años de la guerra fría. En la mayoría de sus escritos de la década de 1950 están presentes cuestiones políticas incluidas sus denuncias sobre la actitud represora y violenta del ejército francés en Argelia. Rechazó el Premio Nobel de Literatura de 1964 y explicó que si lo aceptaba comprometería su integridad como escritor. Las obras filosóficas de Sartre conjugan la fenomenología del filósofo alemán Edmund Husserl, la metafísica de los filósofos alemanes Georg Wilhelm Friedrich Hegel y Martin Heidegger, y la teoría social de Karl Marx en una visión única llamada existencialismo. Este enfoque, que relaciona la teoría filosófica con la vida, la literatura, la psicología y la acción política suscitó un amplio interés popular que hizo del existencialismo un movimiento mundial.

En su primera obra filosófica, El ser y la nada (1943) Sartre concebía a los humanos como seres que crean su propio mundo al rebelarse contra la autoridad y aceptar la responsabilidad personal de sus acciones, sin el respaldo ni el auxilio de la sociedad, la moral tradicional o la fe religiosa. Al distinguir entre la existencia humana y el mundo no humano, mantenía que la existencia de los hombres se caracteriza por la nada, es decir, por la capacidad para negar y rebelarse. Su teoría del psicoanálisis existencial afirmaba la ineludible responsabilidad de todos los individuos al adoptar sus propias decisiones y hacía del reconocimiento de una absoluta libertad de elección la condición necesaria de la auténtica existencia humana. Las obras de teatro y novelas de Sartre expresan su creencia de que la libertad y la aceptación de la responsabilidad personal son los valores principales de la vida y que los individuos deben confiar en sus poderes creativos más que en la autoridad social o religiosa. En su última obra filosófica Crítica de la razón dialéctica (1960), Sartre trasladó el énfasis puesto en la libertad existencialista y la subjetividad por el determinismo social marxista. Sartre afirma que la influencia de la sociedad moderna sobre el individuo es tan grande que produce la serialización, lo que él interpreta como pérdida de identidad y que es equiparable a la enajenación marxista. El poder individual y la libertad sólo pueden recobrarse a través de la acción revolucionaria colectiva. A pesar de su llamamiento a la actividad política desde ópticas marxistas, Sartre no se afilió al Partido Comunista Francés, y así conservó la libertad para criticar abiertamente las intervenciones militares soviéticas en Hungría (1956) y en Checoslovaquia (1968). Otros textos de Sartre son las novelas La Náusea (1938) y la serie narrativa inacabada Los caminos de la libertad, que comprenden La edad de la razón (1945), El aplazamiento (1945) y La muerte en el alma (1949); una biografía del controvertido escritor francés Jean Genet, San Genet, comediante y mártir (1952); las obras teatrales A puerta cerrada (1944), La puta respetuosa (1946) y Los secuestradores de Altona (1959); su autobiografía, Las palabras (1964) y una biografía del autor francés Gustave Flaubert El idiota de la familia (3 volúmenes, 1971-1972) entre otros muchos títulos. Murió en París el 5 de abril de 1980.  © eMe

Muere el 15 de abril de 1980 en el hospital Broussais. Es enterrado el 20 de abril, rodeado de una inmensa multitud. Varias decenas de miles de personas le acompañan hasta el cementerio de Montparnasse.

Yesterday - The Beatles La canción mas famosa del Siglo XX (VIDEO)

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«Yesterday» (en español: «Ayer») es una canción compuesta por Paul McCartney, grabada en 1965 para el álbum Help!. Según el Libro Guinness de los récords,«Yesterday» es la canción con más transmisiones en la radio en todo el mundo, con más de seis millones de emisiones en los Estados Unidos. «Yesterday» es además la canción más versionada en la historia de la música popular con unas de 1600 interpretaciones diferentes. La Broadcast Music Incorporated (BMI) afirma que en el siglo XX, la canción fue interpretada cerca de 7 millones de veces.

Origen

De acuerdo con los biógrafos de McCartney y The Beatles, McCartney compuso la melodía completa en un sueño que tuvo en la casa de su novia Jane Asher y su familia en Londres, en la calle Wimpole. Al despertarse, fue rápidamente al piano, puso en funcionamiento una grabadora de cintas y la tocó, para no olvidarla junto con su sueño. Inicialmente McCartney temió haber plagiadouna composición existente, comentando al respecto:
"Durante cerca de un mes fui a ver gente del negocio de la música, preguntándoles si conocían esa melodía. Fue como si hubiera encontrado algo que debía entregar a la policía. Pensé que si en unas semanas nadie la reclamaba entonces sería mía."
Después de convencerse de que no había tomado la melodía de otra composición, McCartney empezó a hacerse cargo de la letra que la acompañaría. Originalmente, la canción tenía el título de "Scrambled Eggs" (en español: "Huevos revueltos"), mientras encontraba la letra y un título más adecuado. En su biografía, Many Years From Now, McCartney dijo:
"Lo primero que hice con la melodía fue verificar si no tenía dueño, y la gente me dijo: 'No, es encantadora, y estoy seguro de que es toda tuya'. Me tomó un poco de tiempo asegurarme que no pertenecía a alguien, pero como un buen buscador, finalmente la reclamé como mía; al principio no sabía qué letra adaptarle. Solía llamarla "Huevos revueltos".
http://es.wikipedia.org/wiki/Yesterday

Bajo el volcán, Malcom Lowry (1947) Una de las mayores obras del siglo XX (Bajar Libro y Película)

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Bajo el volcán es una novela, en parte autobiográfica, escrita por el escritor inglés Malcolm Lowry en el año 1947 La primera traducción al español la realizó Raúl Ortiz y Ortiz en el año 1964 para Ediciones Era. Lowry empezó a escribir la obra cuando tenía 26 años y tardó diez años en finalizarla. Es considerada como su obra maestra y como una de las mayores obras de la literatura de todos los tiempos. En el año 1999 la editorial Modern Library incluyó a la novela en el puesto undécimo de su lista de las 100 mejores novelas en habla inglesa del siglo XX.
La acción de la novela transcurre en el año 1938, en el Día de Muertos y narra lo que acontece a Geoffrey Firmin, un excónsulbritánico alcoholizado, en la ciudad mexicana de Cuernavaca. Ese día le acompañan su exmujer Yvonne y su hermanastro Hugh.

                                                                   Malcom Lowry
Bajo el volcán
Una de las novelas fundamentales del siglo XX, Bajo el Volcán es una crónica de la autodestrucción humana. Casi una autobiografía en que su autor, Malcolm Lowry retrata tanto su época y tensiones, los años ´30 y ´40 del siglo XX, como sus crisis con sus propios demonios.
El autor habla:

"Puede considerarse [Bajo el volcán] como una especie de sinfonía, o, en otro sentido, como una especie de ópera, y hasta como una película de vaqueros. Es música hot, un poema, una canción, una tragedia, una comedia, una farsa, etcétera. Es superficial, profunda, entretenida y aburrida, según el gusto del lector. Es una profecía, una advertencia política, un criptograma, una película cómica, unas palabras escritas en un muro. Puede considerarse también como una especie de máquina... En el caso de que usted piense que he hecho cualquier cosa menos una novela, es mejor que le diga que en el fondo mi intención era la de escribir, aunque sea yo quien tenga que decirlo, una novela profundamente seria. Pero también es, y lo sostengo, una obra de arte, en cierto modo distinta a lo que usted creía, y también mejor lograda, siempre de acuerdo con sus propias leyes".


Descárgalo del siguiente enlace:


Bajo el volcán (1984)




Bajo el volcán 

Film John Huston
Novela  Malcolm Lowry


Bajo el volcán: Lowry, Huston, México.
Cuernavaca es una provincia cotidiana para el paseante de la Ciudad de México, pero aparece para el espectador extranjero, en particular para la cinematografía de Estados Unidos, como un entorno de aventura. El 1 de noviembre de 1984, las calles de esa localidad, población situada no demasiado lejos del volcán Popocatépetl, se encuentran llenas de vida y color. Pero el espacio en el que reina mayor vitalidad son los panteones, pues al día siguiente se celebra el Día de Muertos, uno de las festejos más sentidos por los habitantes de todo el país. La película Bajo el volcán del director John Huston, montó sus escenarios allí. La cámara sigue a un hombre de mediana edad que contrasta con la multitud de mexicanos que festejan “Todos santos”. Lleva un traje negro formal, y sus ojos se ocultan tras unas gafas oscuras. Es un caballero respetable, pero su postura recta y erguida no basta para ocultar un paso levemente tambaleante. Estos gestos, simples pero extraños, sólo pueden significar lo siguiente: el ex cónsul británico Geoffrey Firmin (Albert Finney) es alcohólico. Durante las 24 horas siguientes se emborrachará sin parar, de hecho, beberá hasta su muerte.
Gabriel Figueroa había fotografiado para John Huston La noche de la iguana, adaptación de Tennessee Williams también rodada en México, y volvió a trabajar con el realizador en esta traslación de la (se decía) infilmable novela de Lowry. La crisis existencial de un diplomático británico en México, que deriva en el alcoholismo y la búsqueda de la muerte, interpretado con talento por Albert Finney. Pero es precisamente Figueroa quien ayuda a la creación de una atmósfera; construyendo un tono, que en cine es tarea difícil de lograr.
Huston decidió trasladarse a México (país que apreciaba desde hace muchos años). Aquí había descubierto o reafirmado muchas cosas que le fascinaban y marcaron para parte de su obra; ciertas formas del folklore nacional: las peleas de gallos, el mezcal, el tequila (14). Huston nuevamente instalaba sus sets en México para rodar una cinta donde el atormentado personaje principal buscaba la redención y la esperanza de su propio ser, al encontrarse con su ex esposa (a quien había dejado desde hace un año) después de que ésta había tenido una aventura con su hermanastro Hugh. En el transcurso de los desesperados excesos de la noche, Geoffrey visita un altar de la Virgen María. Yvonne, su mujer está dispuesta a darle otra oportunidad. Aunque su ebriedad y sus celos le han resultado insoportables, ama a Geoffrey, todavía, y no a Hugh. La pareja reconciliada acaba en la cama; pero Geoffrey se muestra impotente, incapaz de perdonarle a ella su infidelidad. Ansiaba el regreso de su mujer pero ahora no puede tolerar su presencia.
Hugh que luchó en la Guerra Civil Española en el bando republicano (el perdedor), ha estado buscando a Geoffrey desde la marcha de Yvonne. Los tres juntos toman el autobús a Tomalin para asistir a la festividad mexicana. Por el camino, se encuentran con un indígena moribundo a orillas de la carretera. Sin previo aviso, un grupo uniformado los obliga a volver a subir al camión; son miembros del ejército. Los tres observan indignados cómo uno de los pasajeros limpia con un pañuelo la sangre de las monedas que le ha robado al moribundo.
Más tarde, asisten a una corrida de toros. En la plaza reina un ambiente alegre y bullicioso, y Geoffrey e Yvonne se acercan mutuamente de nuevo. Parece que aún les queda un futuro por delante como pareja, y Geoffrey empieza a hacer planes: una casita en el mar, en algún lugar de Canadá, aunque Geoffrey sabe de antemano que son esperanzas vanas. En una violenta discusión impregnada de odio, abre el corazón a su verdad. Con las palabras “he escogido el infierno, el infierno es mi hábitat natural”, vuelve a huir de Yvonne y acaba en el peor antro del lugar, una taberna llamada “El farolito”.
Cuando Yvonne y Hugh lo alcanzan, lo encuentran in fraganti con una prostituta. Poco después un grupo de hombres empieza a hacerle preguntas en la cantina. Afuera, Geoffrey ve un caballo; recuerda que pertenecía al indígena muerto y comprende que los hombres que lo interrogan agresivamente son sus asesinos. Cuando los increpa a gritos y en la cara, firma su sentencia de muerte. Lo asesinan. Espantado por los disparos, el caballo se desata, arrolla a Yvonne y la mata. En los últimos fotogramas de la película vemos el majestuoso volcán cubierto de nubes, antes de que la cámara descienda y recorra la barranca, una de las grietas profundas que plagan las llanuras de los cercanías del Popocatépetl; allí yace el cadáver de Geoffrey, como si hubiera quedado atrapado en las entrañas del infierno.
La novela de Malcolm Lowry, publicada en 1947 (6), despliega una compleja red de alusiones simbólicas (la barranca, el volcán, el Farolito, el caballo, Día de Muertos, la imposibilidad de la salvación espiritual). La adaptación de John Huston logra extraer los elementos narrativos esenciales del libro y expresarlos con un lenguaje audio-visual intenso y sensitivo. La cámara subjetiva de Gabriel Figueroa le ofrece al espectador primeros planos que construyen la experiencia del protagonista, el tono logrado por la fotografía es la de una juerga y una cruda moral a la vez, si esto es posible. Y la lograda interpretación de Albert Finney dota a la película de una tensión dinámica que va mucho más allá del simple interés argumental. Es sobre todo gracias a su presencia física, vocal y gesticular que la película combina de forma tan convincente en la figura del bebedor solitario, su catástrofe política y su tragedia personal. Aquí, el cine narrativo y puro de John Huston ofrece mucho más que un examen conmovedor de la vida de un alcohólico. La fuerza expresiva de la película le revela al público un mundo en que la locura aparente es un vehículo para el credo de un gran moralista y escéptico, como lo fue Lowry.
Leyendo la imagen, la fotografía de Gabriel Figueroa (en este su último trabajo) (23) llega hasta el fondo del espíritu corroído de un borracho y arroja luz sobre el devenir de un alma en pena (el propio Lowry) y los empeños de su personaje en la tumultuosa situación social de México y el mundo en 1938 (6). En Bajo el volcán, Figueroa demostrará que también era virtuoso en el uso del color, su estrategia cromática hará sentir que la luz y el color que son vida, a veces también hieren.
Huston en Cuernavaca ocupó la misma casa en que el escritor Malcolm Lowry vivió. Allí, el director de cine tuvo una de las locaciones de Bajo el volcán. En un camino aledaño, franqueado por una barranca verde, Albert Finney iba y venía memorizando sus parlamentos; en otro lugar de la estancia, al aire libre por el calor sofocante, protegida por una sombrilla y vestida informalmente, estaba Jacqueline Bisset conversando con Emilio Fernández.
Emilio "el Indio" Fernández es punto y aparte para dar luz de la presencia de John Huston en México (9). Ellos se conocieron en 1925, cuando Huston visitó México por primera vez, y a donde acabó volviendo siempre. Incluso se decía, sin prueba alguna, que Huston había pertenecido por un tiempo a las tropas revolucionarias de Pancho Villa; o que con “el Indio” se había alistado, sin ninguna veracidad, en el cuerpo de la caballería mexicana, y que fueron desmovilizados en 1927. Así, “el Indio” lo introdujo en las corridas de toros, el arte precolombino, las apuestas más descabelladas, la atracción por practicar una variante local del juego de la "ruleta rusa" (arrojar una pistola cargada al aire); además de compartir el gusto mutuo por los caballos, las mujeres, y la cultura mexicana. Lo que sí es cierto es que estos dos realizadores-actores mantuvieron una larga amistad. (14)
La periodista Lillian Ross, redactora del New Yorker, menciona en su libro “Rodando con Huston”, lo siguiente: “se puede apreciar que John Huston cuidó todos los detalles, en especial la ambientación y la dirección escénica, la composición visual, para sumergir de cierta manera al espectador en una gran intimidad que más que de conductas es de sentimientos. A pesar de su delicadeza, la obra no se aleja en lo más mínimo del historial de Huston, un director siempre obsesionado por lo que son los humanos en lo más profundo de su ser, de su esencia misma”. (24).
Huston conoció a Lowry en Cuernavaca antes que terminara la novela que reescribió varias veces. Lowry demoró más de diez años en terminarla, e hizo unas tres o cuatro versiones, hasta llegar a la definitiva (6). Lograr un guión de esta obra no era fácil, y se habían hecho otros intentos reconociendo la fuerza narrativa del libro; de hecho, Huston recibió cerca de cincuenta guiones antes de aceptar el de Guy Gallo. Huston y Gallo lo trabajaron juntos, durante meses, en Las Caletas, Puerto Vallarta, donde estableció su tercera y última residencia. Para Huston realizar este filme significaba concretar una antigua intención desde que leyó la novela.
Su película número 35 no era de alto presupuesto. Huston decía que la hizo rodeado de amigos. El productor, Michael Fitzgerald, le resaltó a Huston el guión de Guy Gallo. A la viuda de Lowry, Margarie Bonner, le pagaron 350 mil dólares, el gobierno de México, por medio de CONACINE, aportó un millón y medio de dólares, y la Fox y la Universal completaron cuatro millones, que para Hollywood era una cifra modesta.
Fragmento de:  Raúl Miranda, El cine de John Huston descifra las claves del territorio mexicano.


Lowry, Malcolm. Bajo el volcán 



Under the Volcano / John Huston


Año: 1984 
Duración: 109 min. 
País: USA 
Director: John Huston 
Guión: Guy Gallo (Novela: Malcolm Lowry) 
Música: Alex North 
Fotografía: Gabriel Figueroa 
Reparto: Albert Finney, Jacqueline Bisset, Anthony Andrews, Ignacio López Tarso, Katy Jurado, James Villiers 
Productora: Universal Pictures 
Premios 1984: 2 nominaciones al Oscar: Mejor actor (Albert Finney), banda sonora original
Género: Drama | Alcoholismo. Años 30 
Sinopsis: México, 1938. Celebración del día de los muertos. Con su país al borde de la guerra en Europa, el cónsul británico en México, Geoffrey Firmin (Albert Finney), corta todo contacto con sus familiares y se sumerge en un proceso de autodestrucción a través del alcohol y marcado por los recuerdos. Filmaffinity
Crítica: Filmaffinity

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Nazis : Si esto es un hombre, Primo Levi - Documento subtitulado en español

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Si esto es un hombre (en italiano original, Se questo è un uomo) es un relato escrito por Primo Levi entre diciembre de 1945 y enero de 1947, en el que se cuenta la experiencia cotidiana propia del autor, de ascendencia judía, durante su cautiverio en el campo de exterminio nazi de Auschwitz, durante la Segunda Guerra Mundial.


Si esto es un hombre
Los que vivís seguros
En vuestras casas caldeadas
Los que os encontráis, al volver por la tarde,
La comida caliente y los rostros amigos:
Considerad si es un hombre
Quien trabaja en el fango
Quien no conoce la paz
Quien lucha por la mitad de un panecillo
Quien muere por un sí o por un no.
Considerad si es una mujer
Quien no tiene cabellos ni nombre
Ni fuerzas para recordarlo
Vacía la mirada y frío el regazo
Como una rana invernal.
Pensad que esto ha sucedido:
Os encomiendo estas palabras.
Grabadlas en vuestros corazones
Al estar en casa, al ir por la calle,
Al acostaros, al levantaros;
Repetídselas a vuestros hijos.
O que vuestra casa se derrumbe,
La enfermedad os imposibilite,
Vuestros descendientes os vuelvan el rostro.


(Primo Levi, Si esto es un hombre, 1947)







Primo Levi es una de las voces más singulares de la literatura italiana, estudió ciencias y se doctoró como químico en 1941, profesión que compaginó con su actividad literaria. Deportado a Alemania durante la II Guerra Mundial, Levi nunca olvidaría su condición de superviviente de los campos de extermino nazis, una experiencia que marcó profundamente su personalidad y su obra. Al ser liberado regresó a Italia y trabajó como químico industrial de 1946 a 1974, año en que se jubiló. Sin embargo, la pesadilla vivida no dejó de acecharlo; acaso para conjurar tantas cicatrices y poder seguir viviendo, optó por escribir simultáneamente a su desempeño científico, novelas, ensayos, cuentos, artículos y poemas. En 1947 publicó Si esto es un hombre, que junto a La tregua (1963) y Los hundidos y los salvados (1986) acabarían formando la trilogía de Auschwitz. Entre su extensa producción literaria destacan títulos como Historias naturales (1966), Defecto de forma ( 1971); El sistema periódico (1975); La llave estrella (1978) y Si ahora no, ¿cuándo? (1982). Acaso el tormento de la memoria fue más fuerte que todos sus esfuerzos y el 11 de abril de 1987 se quitó la vida arrojándose por el hueco de una escalera.







Carlos Salinas Profecías para el siglo XXI (1999)

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Profecías para el siglo XXI

   Angelus novus, de Paul Klee (1920)
Introducción
Aquí va un grupo de "profecías" (según María Moliner: "Predicción de lo que ha de venir, hecha por inspiración sobrenatural") sobre lo que se nos viene encima (aunque lentamente... porque el tiempo se toma su "tiempo"). Tienen el formato de "profecías" ya que estarán de moda dentro de unas pocas décadas. Así que empezamos, sin perder un segundo, utilizando el título de este artículo, para la "profecía" número 0. Puedo agregar, y agrego, que sé que me equivoco (de pocas cosas puedo estar tan seguro), pero no sé en que me equivoco. Esta es una tarea que se la dejo al tiempo; yo me ocupo de pensar... de otros será la obligación de hacer.
Muchas de estas precisas y bien expuestas "profecías" no responden a mis gustos, apetencias ni intereses; sin embargo me obligo a poner lo que advierto más probable, sin consultar mis deseos. Esto es una forma de disciplina respetuosa del futuro, ya que de lo que se trata es de pensar en lo probable, no en vanas y fantasmales ilusiones. En cualquier caso aclaro que si pusiera por escrito lo que "deseo" para el futuro... apenas serían dos líneas: paz y felicidad para la mayor cantidad de humanos posibles (y para los animales y plantas que nos rodean... que también se lo merecen).
Es un ejercicio interesante esto de profetizar. Obliga a pensar en las tendencias actuales; y, también, somete a un "repaso" general el conocimiento del estado de nuestro mundo presente.
Y como ejercicio invito a participar a todos los lectores. Todos podéis poner tanto las críticas como vuestras propias predicciones... o "profecías" si os atreveis. Yo (si se me permite opinar) prefiero que hagáis cábalas y os "mojéis" pensando... y arriesgando.
Se trata entonces de una invitación a imaginar el mundo que nos espera, que espera a nuestros hijos y a nuestros nietos y bisnietos. Podéis enviarme un e-mail con vuestras anticipaciones (y serán publicados) o también, si lo preferís, colocar en el Libro de Visitas directamente vuestras predicciones. Si son pocas, mejor el último camino, pero si son bastantes (lo que me alegraría que sucediese), entonces es mejor el mensaje para no saturar el Libro de Visitas.
Bien, luego de la lectura, quedáis invitados a participar. La numeración de las profecías es arbitrario; tiene cierto sentido sin embargo, pero no más que el contenido de las afirmaciones mismas.

PROFECÍAS Y ESPECULACIONES

1. El siglo XX se acaba, aunque algunos opinan (y yo con ellos) que de verdad este siglo ya terminó con la caída de la Unión Soviética. Los que así piensan sitúan el principio real del siglo XX, problemático y feliz, cuando se inicia la 1ra. Guerra Mundial. Siguiendo este criterio ya estamos en el XXI; aunque las celebraciones correspondientes se han atrasado hasta que las cifras coincidan con los hechos. Una forma de "platonismo" del cual la mayoría de los habitantes de este planeta son totalmente inconscientes.
1.2 Hay dos inventos del siglo XX cuya madurez se alcanzará en este siglo que empieza: el ordenador e Internet, la conexión mundial de redes. Calculo que en el XXI serán omnipresentes en todas las formas imaginables (no sólo en forma conocida de "caja" y pantalla); ropa, objetos, muebles, prótesis de toda clase tendrán diversas funciones hoy propias del ordenador de sobremesa.
1.3 El uso será tan masivo que un niño de mediados del siglo XXI no podrá imaginar como se puede vivir razonablemente bien sin ordenadores y sin Internet. Lo mismo sucedió con nosotros, pero a una escala aún mayor nos esperan los próximos cambios.
1.4 Cambios en biología que permitirán la clonación de seres humanos y la selección genética pondrán a disposición de las personas con recursos económicos toda una gama de nuevas posibilidades. Las clases sociales se consolidarán, y serán más visibles, porque ya no sólo habrá diferencias económicas sino de calidad genética.
1.5 Una constante histórica ha sido que lo que es violentamente rechazado en una época se convierte en algo admirado en la siguiente. Así que se convertirá en un signo de distinción social tener, por lo menos, un clon. Como el proceso será muy caro y poco eficaz, habrá gente que tendrá varios clones hasta lograr el que se le parezca más.
1.6 La evolución de la tecnología espacial permitirá la colonización de los planetas cercanos, con personal poco capacitado (en términos relativos). Esto abrirá la puerta para el desplazamiento de partes importantes de población que deseen buscar un mejor nivel de vida, aunque en condiciones muy peligrosas.
1.7 La conquista espacial será fundamentalmente económica: en busca de nuevas materias primas, desarrollo de nueva tecnología y de recolocación de sectores desplazados de la sociedad terráquea. Algo muy diferente a lo que apuntaba en el siglo pasado (el XX), donde era, antes que nada, un desarrollo científico con consecuencias militares.
2 La expansión de las redes de toda clase (las mejores serán de pago... y nada barato, por cierto) creará sociedades virtuales, es decir, no ligadas a una zona geográfica concreta.
2.1 La geografía real del siglo XXI, sobre todo en el último tercio, será muy diferente a la geografía física. Buenos Aires podrá estar más cerca de Washington que Los Angeles. Y un pueblo perdido de Castilla estará al mismo nivel que una ciudad pequeña del tercer mundo. El plano de las interacciones reales (su frecuencia e intensidad) reconstruirá la tierra. Este será un efecto muy importante de la interconexión mundial, el cambio radical de nuestra noción de "proximidad".
2.2 El desarrollo de un software adecuado facilitará el trabajo en grupo, en tiempo real, de especialistas localizados en cualquier lugar de la tierra, por arriba de las fronteras y de los deseos de los gobernantes. No habrá límites para la asociación de toda clase, tantos de técnicos como de aficionados de cualquier especie.
2.3 La informática aplicada permitirá el desarrollo de nuevos mundos virtuales aptos para la diversión, el trabajo y la creación. Pero la capacitación necesaria para alcanzar niveles de calidad no estará al alcance de todos. El dinero, su obtención y acumulación, será aún más importante que en las épocas actuales. Frente a las necesidades económicas en un mundo en el que será imposible vivir bien con poco dinero, se producirá una monetarización intensiva en cualquier actividad que, para nuestros criterios, es no-lucrativa. Se intentará rentabilizar, hacer producir dinero, cualquier clase de conocimiento y cualquier clase de servicios que tengan un posible comprador.
2.4 La misma informática facilitará la expansión de la inteligencia individual. Se elevarán gradualmente los C.I. de los niños en edad escolar. El aprendizaje empezará a partir del embarazo. Las madres tendrán que asistir a clases especiales para facilitar la emergencia de bebés superdotados. Naturalmente las que no puedan seguir ese ritmo parirán niños de segunda clase, que irán a parvularios de segunda clase, y que terminarán en escuelas de tercera clase. Se tendrá la seguridad que a los 5 años de existencia ya estará determinada (en las capacidades básicas) la historia del individuo. No será el "Mundo Feliz" de Huxley, pero, en lo que se refiere al aprovechamiento del desarrollo tecnológico y científico, existirán claramente dos grandes grupos: los que han tenido acceso a estos beneficios desde la edad fetal... y los que han adquirido aquello que han podido en edades tardías.
2.5 Dado el gran valor económico que tendrá la inteligencia, los estados crearán un amplio sistema de becas para los niños superdotados. Este sistema moderará (aunque sus fines sean puramente utilitarios), el rigor de una sociedad tan clasista. Por primera vez en la historia existirá una dedicación sistemática al desarrollo de todos los aspectos de la inteligencia y la creatividad.
2.6 Los aspectos puramente reiterativos en el proceso del pensamiento quedarán descargados en las máquinas. Se producirá un salto en el desarrollo, a fines del siglo próximo, tan gigantesco que todas las instituciones sociales e ideológicas se verán abocadas a una seria crisis de valores, programas, y objetivos.
2.7 El trabajo asalariado será cada vez más escaso. En la sociedad de finales del siglo XXI, sólo existirán tres niveles aptos para el trabajo humano: el muy complejoque requiera una formación muy sofisticada (en ciencia y tecnología); el de la exploración (sobre todo la espacial); y el de entretenimiento. Todo lo demás estará maquinizado. Esto supondrá una gran masa de población condenada a vivir de subvenciones más o menos justificadas. Los estados que no puedan asegurar esta clase de subsidios... condenaran a sus habitantes a la emigración o a la pobreza sin horizontes.
2.8 Paradojicamente en esta nueva sociedad, de inflexible competitividad, las personas mayores, ancianas (que conserven su energía, es decir su buena salud) tendrán muchas más posibilidades que las actuales de trabajar y obtener importantes ganancias.
2.9 Dado que el conocimiento, de cualquier clase, pasará a ser muy valorado; todo el conocimiento que posea un anciano sobre cuestiones pasadas y que esté en condiciones de transmitirlo en una forma razonablemente lógica, tendrá un público consumidor importante.
2.10 De esta manera un anciano maorí, se encontrará con clientes en lugares tan inesperados como la cátedra de Antropología de la Universidad de Berlín.
2.11 Pero esta audiencia no se limitará a zonas marginales y exóticas. Todo lo pasado, sobre todo lo de este siglo tendrá el mismo valor que para nosotros tienen los objetos del siglo XV. La rapidez de la evolución traerá consigo, una aceleración correlativa del concepto de "antiguo".
2.12 Dentro de esta "fiebre" de recuperación del pasado remoto (el del siglo XX), los programas de ordenador, y los mismos ordenadores alcanzarán valores altísimos en el mercado. El que tenga una copia de Word Perfect en DOS... bueno, será como ahora tener un texto de los primeros que sacó la imprenta, un incunable.
2.13 Muchas personas mayores (las que nacieron en los años 70, sobre todo) lamentarán no haber recogido sistemáticamente los diferentes eventos políticos y sociales que han vivido (recortes de diarios y revistas... pero sobre todo sus escritos y notas de la vida cotidiana). Esta clase de relatos tendrán siempre un público dispuesto a pagar por ello.
3 En el primer cuarto del siglo próximo el poder económico se concentrará en pocas manos. El sistema económico mundial dependerá de unos cuantos grupos anclados en los principales imperios político-administrativos que se formarán. Esta concentración económica superlativa no obstaculizará un alza considerable del nivel de vida en cualquier estamento de la población de los países que no hayan perdido la posibilidad de competir.
3.1 Promediando el siglo, los Estados actuales perderán su poder, sea por desaparición, o por fusión. Surgirán nuevas entidades que harán suyo el patrimonio histórico y cultural de las sociedades que la forman. El proceso de fusión a gran escala no será ni fácil ni lineal. Surgirán toda clase de fuerzas que intenten impedir este proceso. Existirán conflictos de toda clase y color.
3.2 A finales del XXI se formará un gran imperio en América con centro en el actual EEUU, y que se extenderá por toda América, desde Alaska hasta Tierra del Fuego. Consideramos muy probable que luego de diversas dudas y contramarchas... a él se incorpore también Australia. Este imperio usará dos lenguas indistintamente, el inglés y el español. En un proceso gradual (que no terminará en ese siglo) la nueva lengua que se desarrolle en Internet, el english-net, irá cobrando más importancia en detrimento de las dos lenguas históricas.
3.3 El segundo imperio será Europa (que contará con la ventaja de haber iniciado primero el proceso; y con la desventaja de las profundas particularidades regionales), con centro en la actual Alemania. Las dos lenguas claves serán el inglés y el alemán. Dadas las dificultades obvias (más la presión de los que no hablen alemán como lengua materna) se producirá un gradual decantamiento por el inglés, en su versión más internacional: el english-net
3.4 El tercer imperio se extenderá por la antigua URSS, con centro nuevamente en Rusia, pero ocupará todo el centro de Asia. La lengua básica será el ruso, y nuevamente el inglés como "lingua franca" (por el mismo proceso europeo).
3.5 Ya entrando en el siglo XXII el cuarto y último gran imperio se formará por la unión política de China y Japón. No será una absorción sino una confederación con centro en este último país. La lengua principal será el japonés, por otra parte ya conocido y usado en todo el mundo civilizado. Y nuevamente se usará el inglés para facilitar los intercambios de todo tipo. Es probable que a esta asociación político-administrativa y económica se le añada la India como "estado libre asociado".
3.6 Las demás zonas serán intersticiales. Lugares de fricción y choque de intereses entre los citados colosos. De aquí que los mismos superestados vislumbrarán la urgente necesidad de la expansión espacial como principal válvula de escape para evitar conflictos de la envergadura de los conocidos en el siglo anterior. Se incrementarán los presupuestos espaciales en forma masiva (de la misma manera que engordaron los presupuestos militares durante la guerra fría del siglo XX). Este río de dinero permitirá adelantar sustancialmente los plazos de expansión terráquea. El proceso estará ya maduro en el siglo XXII.
3.7 Esta expansión también estará marcada por las mismas tendencias hegemónicas. Evidentemente no habrá para todos (según el desarrollo próximo de la tecnología). La carrera espacial volverá a ser cuestión vital, desde la perspectiva militar.
4. Tal como lo adelantamos, la expansión de las redes, el trabajo colectivo de gente en cualquier parte del mundo, la expansión de la investigación, del comercio, de los servicios... obligará a generar un idioma común.
4.1. Este idioma no liquidará a los que ya existen, simplemente se agregará como una "lingua franca" que permita comprar-vender, trabajar, y divertirse con gente de cualquier parte del planeta.
4.2 La base de este idioma mundial será proporcionada por el inglés. Sólo la base; una lengua hablada por varios miles de millones de personas tendrá demasiados cambios para mantener una identidad histórica. Será una nueva lengua, diseñada sobre la estructura del inglés: será el "english-net"; algo diferente de lo que conocemos porque está por crearse. Y se creará a partir de la próxima década, probablemente; pero su consolidación será para la segunda mitad del siglo XXI. Los procesos lingüísticos necesitan de un tiempo mínimo para consolidarse. Son orgánicos
4.3 El mismo desarrollo de un idioma universal creará otra paradoja; habrá una importante cantidad de gente que no lo conozca. Ello será un nuevo factor de "pobreza"; al igual que lo es el "analfabetismo" actual. Las divisiones entre zonas ricas y zonas pobres se agudizarán. Situándonos imaginariamente a finales del siglo XXI, podemos prever que existirán sociedades totalmente futuristas y que estas coexistirán con otras que son mucho más retrasadas que las más retrasadas actuales. Una de ellas será, con toda probabilidad, Africa.
4.4 Algunos idiomas que ahora parecen condenados a la extinción tendrán un resurgimiento inesperado. Se los usará como lenguaje base que refuerce la seguridad de cualquier encriptación matemática. Idiomas como el guaraní y el vasco recibirán un impulso desconocido por este nuevo uso. En cambio aquellos que se parezcan mucho a las grandes lenguas en uso... permanecerán limitados a sus zonas de origen.
5. Las religiones organizadas aumentarán su poder, derivado, quizá, de la gran incertidumbre que rodeará todo este desarrollo.
5.1 Las grandes religiones (cristianismo, budismo, islamismo...) tendrán un fuerte desarrollo. Junto a ellas surgirán toda clase de cultos. De hecho viviremos una nueva "edad media" en lo que se refiere a prácticas religiosas. Ello no obstaculizará el desarrollo de la ciencia (como sucedió en el pasado) sino que marchará paralelo a ese desarrollo.
5.2 Los seres humanos aceptarán sus contradicciones ideológicas y lógicas con metáforas producidas por la misma tecnología. Por ejemplo, dirán que funcionan con dos "sistemas operativos" en paralelo. Una manera más segura de enfrentarse al caos. La mentalidad del siglo XXI aceptará con toda tranquilidad lo que para nosotros son absurdos lógicos. Los que predicen, por el desarrollo científico y tecnológico, la decadencia de las religiones... se equivocan completamente.
5.3 A su vez las grandes religiones aceptarán su papel dentro del nuevo orden; en la medida que hay desarrollo generalizado (desde este punto de vista)... habrá para todos.
6. Avanzará impetuosamente el crimen en todas sus formas, desde los asesinatos en serie (realizados por psicópatas individuales) hasta las grandes mafias financieras. Existirán tres grandes problemas interconectados: la corrupción, la droga y el terrorismo. Aumentará también la enfermedad mental... hasta ser predominante (respecto de la física).
6.1 La corrupción será el principal problema de los Estados y las ONG, el mundo del futuro será un mundo donde sin dinero no se hará nada... y con dinero, todo. Luego la tentación de grandes ganancias será más poderosa que la de "ganancias fáciles". La corrupción tomará formas muy sofisticadas y ocultas. De hecho serán indetectables si no fuera por sus consecuencias: el desarrollo de toda clase de negocios ilegales.
6.2 La drogadicción será tan generalizada como condenable. Vendrá a ocupar el papel que el sexo tenía en la sociedad del XIX, algo que todos practican siempre que pueden, pero que condenan públicamente con igual fuerza.
6.3 Nuevas drogas se producirán, con tal potencia y calidad que la heroína y cocaína actual parecerán propias de un jardín de infantes. La creación, producción y distribución de estas nuevas drogas dará tantos beneficios que muchos venderán su alma al diablo por servirlo. Como siempre perderán los traficantes pequeños.
6.4 La corrupción y las drogas requieren de grandes organizaciones capaces de generar dinero para luego invertirlo en diversas formas de "blanqueo". Obviamente lasmafias tendrán un gran futuro. Es posible que algunos "Estados" subsistan en la medida que conviertan en "Estados mafiosos"; por supuesto no serán los más poderosos, pero harán "recados" para ellos. Siempre algún gran imperio los protegerá. Serán las "Islas Tortuga" del siglo XXI.
6.5 Habrá otros negocios sucios que también tendrán su incremento, sobre todo cualquier clase de "apuestas" y la prostitución de infantes. En cambio es posible que desaparezca la "trata de blancas" tal como la conocemos; pero no por mejora moral de la población sino por derivación de intereses hacia formas mas "duras" de sexo.
7España volverá a perder el tren de desarrollo. Quedará como una potencia de segundo nivel (contemplada desde adentro) y de tercer nivel (contemplada desde fuera).
7.1 Naturalmente todo el mundo se echará la culpa de este nuevo fracaso histórico. Algunos dirán que grandes empresas (como Telefónica) han jugado el papel principal en este desastre. Otros, más filosóficos, invocarán el perenne individualismo hispánico, y la acción disgregadora de los nacionalismos regionales. Pero el resultado será, de cualquier modo, inevitable.
7.2 De todos modos la península ibérica, dentro del imperio Europeo será un oasis de diversión y entretenimiento. En este sentido el genio español estará a la altura de la demanda.
8. En suma, nos espera un siglo que vale la pena vivir; lo cual no es decir mucho porque siempre vale la pena vivir el siglo que nos toca. Sólo una recomendación final (dedicada a los que aún no nacieron): "vigilad bien donde aterrizareis... porque si caeis en un utero "pobre"... se necesitaran muchos milagros juntos para encontrar lo bueno que nos depara este siglo que empieza.
Carlos Salinas csalinas@iponet.esPagina de este autor
Febrero de 1999
http://www.kendo-andorra.org/csn/32prof.htm

"Celebración".Botero en el Bellas Artes de Bilbao

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"Cuando se observa un cuadro, es importante reconocer de donde procede el placer. Para mí es la alegría de vivir unida a la sensualidad de las formas. Por esto, mi problema es expresar sensualidad por medio de formas".
                                                                                                                                                               Fernando Botero.
Caballo con Bridas.1970

Coincidiendo con su 80 cumpleaños Fernando Botero expone, bajo el título "celebración",  80 obras en Bilbao: una escultura ,Caballo con Bridas” de 1970,  que como un enorme caballo de Troya nos sorprende en la calle Gran Vía y  79 pinturas,  en la sala BBK del Museo de Bellas Artes.

 Los amantes de la obra de Botero pueden celebrar la oportunidad de poder hacer un recorrido por lo más representativo de   años de inagotable trabajo de este singular artista.
La exposición se organiza  en torno a  seis  bloques temáticos:
su obra temprana, el tema de latinoamérica, la religión y el clero, el circo, versiones de maestros de la pintura occidental, la serie de Abu Ghraib, los toros y la  naturaleza muerta.

Para comprender los temas desarrollados en la pintura de Botero es clave saber que no pinta frente a un modelo, sino que pinta de las sensaciones, los recuerdos, la impresión que conserva de las imágenes observadas en  la realidad, Botero es figurativo pero no realista, su mundo es muy personal, su pintura el resultado de experiencias táctiles, gustativas, olfativas además de visuales que se transmiten al espectador mediante el uso del color, el volumen, el tamaño, los detalles.

Comenzamos la exposición por sus ocho obras  tempranas, en las que el artista no había desarrollado aún su peculiar estilo volumétrico.
Niño de Vallecas.1959.


De ellas destacaría  la peculiar versión del “Niño de Vallecas” de Velázquez , pintado en 1959 y cuyo estilo recuerda al expresionismo abstracto.

A continuación ,se recorren tres salas dedicadas al tema "Latinoamérica".Son 22 obras en los que vemos retratos de grupos familiares, escenas de sus recuerdos de infancia en Colombia,bailes populares,oficios tradicionales, junto con algunas obras en las que refleja la violencia que asola su país desde hace décadas.
Costureras.Botero



Aquí ya se encuentra el estilo propio y único de este pintor, superposición de personajes, la exaltación del color, la minuciosidad de los detalles y el volumen que transforma todo, hay ya en todas sus obras una deformación de las formas  que le hace único y reconocible entre los demás artistas contemporáneos.
Botero siempre explica que  su trabajo es, sobre todo, el resultado de una gran pasión por las formas y los colores, por los valores plásticos y volúmenes, en busca de la belleza. 

Continúa la exposición con la serie dedicada a la religión y el clero.Siete pinturas en las que se aprecia  una cierta ironía y crítica humorística de las autoridades eclesiásticas .
"El Nuncio"

En la siguiente sala encontramos  obras de la serie "El Circo", inspirada en un viaje realizado a México en el año 2006, después de terminar con la serie de Abu Ghraib. En ese viaje a México  el artista coincidió con un circo ambulante, conoció a sus integrantes y encontró en sus personajes la posibilidad de dar rienda suelta al uso del color. Encontramos todos los personajes clásicos del circo, y muchos animales son plasmados con el colorido característico de Botero y su particular distorsión de tamaño y forma.



En la vida actual, dice Botero, con “la gente vestida de gris, hay que recurrir a temas como el circo para aprovechar su
color”.En sus cuadros no hay sombras.  En sus lienzos la luz se remonta al color.  El objetivo que persigue Botero “crear  superficies en las que el color pueda expresarse después del modo más ventajoso posible”.

Siguen las  versiones de cuadros de  obras  maestras de la pintura occidental, una suerte de "apropiación "de conocidas obras del r
enacimiento, en las que Botero rinde homenaje a sus pintores más admirados como Piero della Francesca o Van Eyck.

Versiones del díptico del duque de Urbino
 y del matrimonio Arnolfini

Continuamos con obras de la serie "Tauromaquia", otro de los temas característicos de Botero desde los años 80, es este  un tema que le interesa desde temprana edad pues a  los doce años su tío Joaquín,gran aficionado taurino, lo envía a una escuela de “matadores” que funcionaba en la plaza de la Macarena de Medellín, dirigida por Aranguito, un banderillero. Botero hace  sus primeros dibujos de toros y toreros. Se presentan en esta exposición seis lienzos con distintos momentos de la fiesta y sus personajes, incluso el caballo del picador.


 Continuamos con un tríptico perteneciente a la serie de Abu Ghraib,  que  es una ciudad iraquí situada a 20 kilómetros de su capital, Bagdad. Desgraciadamente se ha hecho famosa por la existencia de una cárcel en su ciudad en la que se sucedieron numerosos casos de abusos y torturas de los prisioneros allí encarcelados a principios del 2003.Botero, hace aquí crítica social.Esta serie ,(compuesta por unas ochenta obras,  dos enormes trípticos, tres pinturas de gran formato y decenas de dibujos medianos, fue donada a la Universidad de Beckerley. Botero quiso,"hacer visible lo invisible", dar testimonio de lo ocurrido para que no cayese en el olvido,con esta intención se han incluido  en  de en muchas de las exposiciones posteriores a su realización,  como ocurre en este caso.

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Reconforta, después de ver el tríptico, llegar a la última sala y contemplar la serie "Naturaleza Muerta".Sus obras aquí recogen la tradición holandesa del sXVIII, pero con la impronta latinoamericana al elegir elementos que remiten a Colombia,como coloridas frutas tropicales, carnes  o panes típicos.

Creo que estoy después de ver la exposición reconciliada con Botero.Tengo que confesar que a mi Botero me fastidia bastante, por la misma razón que me fastidia  Urculo: hay en Oviedo dos templos de los adoradores del chocolate, uno la confitería Rialto, con sus  famosos moscovitas y sus deliciosos pasteles, por no hablar de las tortas americanas con nata y chocolate, o de sus  princesitas, sus carbayones...pues bien, a unos 20 pasos, saliendo de la pastelería se topa uno de bruces
Maternidad de Botero

Bombones de Peñalba

con la escultura "Maternidad" de Botero, que nos agua la fiesta gastronómica, ya que por mucho que él diga que no es gordura sino sensual volumetría yo solo veo un enorme y superlativo trasero que me hace arrepentirme de haberme dado el  típico homenaje de moscovitas.
Culis Monumentalibus.Eduardo Urculo.

Para más INRI, el segundo templo de los amantes del chocolate, muy cerca del anterior, es la bombonería "Peñalba" que tiene a escasos metros la escultura de Eduardo Úrculo "Culis Monumentalibus", cuyo nombre ya no deja duda alguna y en la que la influencia de Botero, al menos en lo del volumen es bastante clara...ya no puede una darse un capricho de bombones (especialmente los de mazapán y guirlache son mi debilidad máxima) sin quitarse de la cabeza la imagen de la escultura de marras ¡no hay derecho!.Pero igual Botero no tuvo nada que ver con la nefasta ubicación de las esculturas, así que quedamos en paz.




Louis Ferdinand Celine Viaje al fin de la noche (fragmento)

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Los hombres se aferran a sus cochinos recuerdos, a todas sus desgracias, y no se les puede sacar de ahí. Con eso ocupan el alma. Se vengan de la injusticia de su presente revolviendo en su interior la mierda del porvenir. Justos y cobardes que son todos, en el fondo. Es su naturaleza. 
(...)


Proust, espectro a medias él mismo, se perdió con tenacidad extraordinaria en la futilidad infinita y diluyente de los ritos y las actitudes que se enmarañan en torno a la gente mundana, gente del vacío, fantasmas de deseos, orgiastas indecisos que siempre esperan a su Watteau, buscadores sin entusiasmo de Cíteras improbables. Pero la señora Herote, de origen popular y substancial, se mantenía sólidamente unida a la tierra por rudos apetitos, animales y precisos. Si la gente es tan mala, tal vez sea sólo porque sufre, pero pasa mucho tiempo entre el momento en que han dejado de sufrir y aquel en que se vuelven mejores. El gran éxito material y pasional de la señora Herote no había tenido aún tiempo de suavizar su disposición para la conquista. 
(...)



Os lo digo, infelices, jodidos de la vida, vencidos, desollados, siempre empapados de sudor; os lo advierto: cuando los grandes de este mundo empiezan a amaros es porque van a convertiros en carne de cañón.
(...)



Para el pobre existen en este mundo dos grandes formas de palmarla, por la indiferencia absoluta de sus semejantes en tiempos de paz o por la pasión homicida de los mismos, llegada la guerra. Si se acuerdan de ti, al instante piensan en la tortura, los otros, y en nada más.¡sólo les interesas chorreando de sangre, a esos cabrones! Princhrad había tenido más razón que un santo al respecto. Ante la inminencia del matadero ya no especulas demasiado con las cosas del porvenir, sólo piensas en amar durante los días que te quedan, ya que es el único medio de olvidar el cuerpo un poco, olvidar que pronto te van a desollar de arriba abajo. "
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